Parece ser que a determinados lectores garachiquenses no les satisfizo mucho que este periódico haya acogido en sus páginas mi artículo del pasado sábado día 24. Y no porque al pie del mismo figurara mi nombre, sino porque no acerté cuando quise basarme, únicamente, en las opiniones vertidas en su día en la prensa por historiadores y escritores en general para poner de manifiesto la importancia que en otro tiempo tuvo el lugar de Garachico a la hora de destacar el amplio número de eremitorios situados en el término municipal de la Villa del Roque, una localidad donde siempre hubo personajes adinerados dispuestos a poner de manifiesto el interés que mostraban en favor de nuevas edificaciones religiosas. Pero aquel día olvidé, lamentablemente, el excelente trabajo que el cronista oficial de Garachico, José Velázquez Méndez, había dado a conocer sobre el particular el año 2006 en la colección Crónicas de Canarias. Se me fue el santo al cielo y me lo han recordado ahora algunos amigos. Con toda sinceridad pido disculpas al amigo Cheo.

Pero como sigo teniendo hojas y más hojas de periódicos de entonces, que guardo en mi ya citada habitación de la azotea, vuelvo hoy sobre ellos, aunque el tema a tratar se diferencie un tanto del que traté en mi trabajo anterior. Quiero dejar hoy constancia de que la Villa y Puerto se vistió con ciertos lujos allá por el año 1975 (¡Dios mío: han transcurrido ya 44 años!), en que diversos periodistas se ocuparon de los merecimientos que tuvo el lugar a la hora de presentar ante los demás el cuidado amoroso que siempre había mantenido con su aspecto pulcro y enormemente mimado.

Pero esta vez no voy a sumergirme en el contenido total de los trabajos a los que haré referencia, sino simplemente a sus titulares. Lo contrario sería creerme dueño del periódico, a tenor del número de páginas que hubiera necesitado para contar lo que ahora cuento. O sea, que solo hablaré de titulares. Lo demás pueden suponerlo ustedes con un poco de buena voluntad.

El Día y La Tarde daban a conocer, con palabras casi coincidentes, la noticia de un acontecimiento que, sobre todo a los garachiquenses, nos afectaba. Lean ustedes: "La Villa y Puerto de Garachico, galardonada en un concurso nacional de embellecimiento de pueblos". (Se publicó el doble trabajo el 30 de octubre de 1975). Unos días después leo estas palabras en la sección titulada "Mesa de redacción", del diario El Día (15 de noviembre): "Año de Garachico", en el que se aclara que el premio le fue concedido a la localidad norteña por la Dirección General de la Promoción del Turismo y patrocinado por el Ministerio del ramo.

Eliseo Izquierdo publicó en el diario La Tarde, con fecha 15 de noviembre, este titular: "Garachico, premio; La Laguna, suspenso".

Hugo Masandi, el 18 de noviembre y refiriéndose a la Villa y Puerto, titula así su trabajo: "Dos premios nacionales en diez días... y a por un tercero de carácter europeo". El día 27 del mismo mes, el doctor Juan Pablos Abril nos da a conocer un bello trabajo titulado: "Garachico, pueblo singular". Paso al día 3 de diciembre y leo una noticia dada a conocer en Madrid por la agencia Cifra y que lleva este título: "Por embellecimiento, un accésit del Premio Nacional de Turismo a Garachico". En el diario La Tarde encuentro, con fecha 5 de diciembre, este titular: "Un nuevo premio para Garachico; el Accésit Nacional de Embellecimiento y Mejora". No puedo precisar si el titular siguiente se publicó en El Día o La Tarde, debido al estado de conservación del periódico consultado. La fecha corresponde al 16 de diciembre y el titular reza así: "El Cabildo Insular entregó el sábado los premios del Concurso de Embellecimiento".

Tengo casi la certidumbre de que se me han quedado sin citar más de un trabajo y más de dos, siempre en torno al tema que me ocupa. Por ejemplo, nada he dicho sobre el premio Conde de Guadalhorce, convocado por el Ministerio de Obras Públicas y ganado por Garachico en fecha que ahora no recuerdo y que no me ha sido posible encontrar. (Ya saben ustedes que me estoy acercando a los noventa años de edad y me parece lógico que se me enreden fechas y datos en esta memoria mía, ya un tanto decadente). Y tampoco cité en su momento el trabajo de Juan Antonio Padrón Albornoz, publicado el 10 de noviembre y titulado: "Pueblos de la Isla: Villa y Puerto de Garachico". Pero, ¿para qué seguir?

Lo que ocurre, amigos, es que cuanto he venido comunicándoles no son palabras mías. Las he copiado enteramente de las opiniones de los demás. Pero, para que no parezca tan distante el hecho de mi situación marginal, escribiré ahora unas palabras propias, íntegramente mías. Me hago primeramente una pregunta: ¿Somos los garachiquenses de estos días capaces de ganar otros premios análogos? Y luego añado las palabras que componen una copla que di a conocer en este periódico hace ya muchos años y que dice así: "Garachico ha mantenido / siempre un encanto especial / dicen que se lo da el Roque. / Yo creo que hay algo más".