Me tienen atormentado. Ni hace falta poner el despertador. Donde vivo, desde las cinco de la mañana una manada de gallos salerosos, y hasta primera luz del día, inician su concierto particular de alegría y cantos gregorianos. Siempre fueron animalitos particulares. En la finca de mi padre, hace ya años, se me ocurrió hacerme el gracioso, entrando en el corral y coger a una gallina por las patas.

El kíkere estaba acechando y no perdonó tal ofensa a su tribu. Me picó en el pantalón vaquero y me hizo un boquete y herida. Yo reaccioné con rabia y le di una trompada al gallo y lo estampé contra la pared. Pensé que lo había matado. Pero allí se levantó el animal cacareando y volviendo a mirarme desafiante. Con los gallos no se juega.

La gallera política canaria está agitada también. Los gallos de CC están azorrados, viéndolas venir. Los kíkeres del PSOE tienen el pecho hinchado. La tribu gallifante del PP trata de poner en orden a su gallinero. Los gallos de Ciudadanos no se aclaran. Están saliendo muchos gallos y gallinas de ese corral. Los Podemos Gallos son felices, en el Gobierno, hasta que se vuelva armar en su gallinero. El gallo Román de NC en el corral de Hacienda, maneja las perras canarias. Eso sí es un buen gallinero. Los gallos gomeros de ASG saben que el gran Kíkere Casimiro, no dejará que los toquen. Así está todo. Cosas de gallos.