Gran pregunta que muchas veces nos hace recapacitar, cuántas voces callejeras y caseras nos preguntan esa cuestión y entonces, en ese instante, sentimos como si una espada penetrase en nuestra mente y tuviésemos que responder "sí, pues claro".

¿Soy feliz?, nos preguntamos entonces?

Pero, ¿existe la felicidad?, ¿qué te viene a la cabeza? Que sí, que no, que la felicidad no existe, que la felicidad son instantes, etc. Pero es curioso, porque, si recapacitamos, al final nos pasamos la vida buscando la felicidad, valorando si esta situación, o ese trabajo, o esa pareja nos hace felices o infelices y además deseando que los nuestros sean felices para nuestra propia tranquilidad. Con lo cual, ¿existe o no existe la felicidad? Quien responda totalmente convencido de que no, ya adelanto que nunca conseguirá ser feliz, es una pena, porque se pierde el mejor de los estados y al que se puede acceder sin ningún problema, es sólo cuestión de saber ver las cosas, digamos, con cierta perspectiva?

La felicidad existe, psicológicamente se llama bienestar subjetivo percibido, y se mide mediante test clínico. En ese test se estudia cómo nos afectan y cómo percibimos más de cincuenta variables en nuestro día a día, y en función de dónde las puntuaciones sean más bajas, veremos los puntos donde la persona puede cambiar para ver, o hacer las cosas de otra manera.

Cada persona tiene distintas condiciones de bienestar en función de su calidad de vida, no nivel de vida. Para explicar esto un poco más, ya que es la base de la felicidad, el nivel de vida es, por ejemplo, si tenemos dinero o posesiones, calidad es si disfrutamos lo que tenemos, sea lo que sea. La calidad subjetiva es la diferencia entre tus expectativas sobre determinados aspectos de tu vida y tu propia realidad vivencial. Si tus expectativas distan mucho de tu realidad vivencial tendrás una baja calidad de vida y por lo tanto tu bienestar subjetivo será bajo, ¡vamos, serás infeliz y vivirás amargad@!

Con esto nos damos cuenta lo importante que es unas sana y adecuada expectativa, porque tener expectativas muy altas, que disten mucho de tu realidad, hará que nunca puedas disfrutar de lo que tienes. Además, se añade que el ser humano se adapta rápidamente a lo que tiene y entonces quiere más, otro punto más que hará que no se disfrute y se ande siempre en la búsqueda de esa felicidad, ¡pero si ya la tenías! Lamentable también la situación de los perfeccionistas, habiendo leído las líneas anteriores ¿creéis que pueden ser felices? ¿Y los envidiosos?... se nos ocurren muchos ejemplos de diferentes tipos de personas donde sus expectativas distan de su realidad, ¿verdad?

En términos generales, diferentes estudios longitudinales y culturales, han demostrado que las personas más felices son los jóvenes, tiene un futuro por delante, ilusiones y una vida por construir. Cuando llegamos a los cuarenta o cincuenta, pensamos que la vida ya casi se pasó y miramos para atrás, viendo lo que hemos conseguido y lo que no, nos replanteamos y valoramos cambios, viviendo el peor momento evolutivo, queremos más. Pero llega el momento de los sesenta, y finalmente aceptamos lo que somos y lo que tenemos, nos dedicamos a vivir el presente valorando cada instante y es cuando nos volvemos a sentir más felices. Esos estudios nos hacen darnos cuenta que al final debemos aprender a vivir el momento presente, dejar de estar deseando constantemente más y aprender a vivir con lo que tenemos, con proyección de futuro e ilusiones sí, pero a corto plazo y realistas.

La felicidad no es espontánea, hay que tener la intencionalidad de buscar el bienestar, y saber qué es lo que te lo produce. Hay que saber ante todo que no somos seres racionales, somos seres emocionales que razonan. El corazón decide y la cabeza lo justifica. Al mismo tiempo tenemos que aprender a conocernos, a ver nuestras carencias, nuestras necesidades reales, no las que nacen desde un trauma o un mal aprendizaje, porque no se trata de llevar una vida hedonista, en el constante egoísmo, buscando nuestro propio beneficio, porque ¿sabes? eso no da la felicidad, bien lo podrán decir aquellos que lo han hecho y ven que al final siguen sintiendo ese vacío constante cuando cumplen con cada meta propuesta. Habrá que analizar y recapacitar cuál es nuestro malestar real y cómo solucionarlo de manera sana y productiva hacia nosotros mismos, y si no lo consigues, pues pide ayuda, pero no pierdas tu vida, viviendo una que no es la tuya.

Todo lo anteriormente explicado parte de uno mismo, a veces son las situaciones internas las que nos producen ese malestar, el cómo somos y cómo nos enfocamos en la vida; otras parten de situaciones externas, están en nuestro entorno, puede ser nuestra pareja, nuestro trabajo? pueden ser cosas modificables dentro de esa situación o bien hay que tomar decisiones que produzcan cambios más radicales, pero al fin y al cabo se trata de ser felices, tenemos la responsabilidad de nuestra propia vida, y como dice Alaska en una de sus últimas canciones: "lo haré por mí, por comprobar, que ser feliz, es una posibilidad?".

Y ahora te vuelvo a preguntar? ¿eres feliz?

*Psicóloga y Terapeuta

http://anaortizpsicologa.blogspot.com.es