En una ocasión le preguntaron si conocía lo que significaba el concepto de patria. Ana, dentro de la candidez propia de la adolescencia, miró a lo alto del ayuntamiento donde ondeaba la bandera de su país. "Patria es querer mucho a España, a tu región o incluso a tu ciudad, luciendo sus banderas en muñecas, móviles y camisas", contestaba con soltura. Y una vez le preguntaron si, efectivamente, él sabía definir lo que era la patria. Manuel no dudó un instante: "Es el amor que surge hacia la tierra que nos vio nacer, la que tiene encerrada la historia de los antepasados, sus luchas, sus miedos, sus conquistas, sus aciertos y sus errores". Dicen que una vez, junto a la Bolsa, una señora se acercó a un ejecutivo para preguntarle qué era la patria. El businessman la oteó con altanería mientras con su índice guiaba la respuesta: "Patria son los máximos anuales del mes pasado que hacen grande a nuestro país, generando competencia en mercados y con el Ibex 35 continuando el asalto a sus máximos", corroboraba con arrogancia. En un mirador de Tejeda, Gonzalo le pidió a su nieto que se acercara junto a él para presentarle a la verdadera patria, a la patria canaria, aquella exenta de armaduras políticas de conveniencia y la razón más pura del orgullo isleño. Todavía asolado por el devastador fuego que castigó también a Artenara y Gáldar, el sabio octogenario le dio una lección de vida que jamás olvidaría. "Mira al frente, tienes delante de ti las lágrimas de los árboles. Nunca dejes de aprender a diferenciarlas, porque el monte también llora cuando le arrebatan lo que es suyo. Ahora no los ves, pero, querido nieto, la patria es el valor y la humanidad de los bomberos sofocando la furia de las llamas, la ternura del médico atendiendo y explicando a la anciana la necesidad de la evacuación, el militar dando agua al perrito asustado por el fuego; la patria, querido nieto, es la esperanza a bordo de los hidroaviones, el regalo del mar para calmar el llanto de la cumbre. Patria es el SUC, Cruz Roja, la Policía y Protección Civil colaborando para sacar del infierno a esta tierra que un incauto casi destroza", cuenta. "Patria son las manos curtidas de agricultores y ganaderos viendo sus cultivos y animales arrasados por el fuego, el sustento de una familia dañada por la chispa del imprudente; patria son nuestros políticos a la altura de la circunstancias, defendiendo la verdadera esencia del bien común; patria es el aplauso de los canarios allende nuestras fronteras que no olvidan a su tierra cuando más lo necesita; patria son los héroes anónimos que se juegan su ciclo vital para que otros muchos puedan seguir con su vida; patria será reconstruir la huella que deja el fuego en el corazón de nuestra isla", recuerda. Marcelo, el joven de 12 años que escuchaba con atención y admiración a su abuelo, empezó a cuadrar las piezas que le faltaban en ese concepto abstracto de nombre patria. Al llegar a casa era la hora de comer. Tocaba lavarse las manos y almorzar con la familia en una mesa que todavía evocaba el impacto de un incendio terrible que permanecerá por mucho tiempo en la memoria de los canarios. Marcelo daría con la clave de una enseñanza que lo maduraría aún en su juventud: "Papá, mamá, quiero que sepan que ustedes son mi patria, porque me cuidan y defienden para que sea buena persona, y me atienden como los miles de profesionales de seguridad y emergencias que cuidaron durante tantos días nuestra cumbre; a ustedes, gracias". Somos muchos Marcelos y abuelos, miles de canarios que no encontramos la forma de corresponder la inconmensurable labor de todos y cada uno de los profesionales y voluntarios que le plantaron cara al fuego para salvar a nuestra patria más cercana, a la que se puede tocar y dar gracias todos los días por brindarnos la oportunidad de disfrutar de un vergel en forma de ocho islas. El mejor verso patriótico se escribe con el soneto de la solidaridad de cientos de héroes anónimos. A todos ellos, ¡gracias!

@luisfeblesc