El Tribunal Superior de Justicia de Canarias (TSJC) anuló parte de las bases de unas oposiciones convocadas por la Comunidad Autónoma. Y ésta, curándose en salud, anuló todas las convocatorias, lo que provocó una nota de prensa del TSJC exculpándose de una medida tan drástica. Es como querer hacer una tortilla sin romper los huevos. Las bases anuladas son las que establecen el "concurso-oposición": es decir, la mezcla de méritos y pruebas objetivas. Lo que llama poderosamente la atención es que el TSJC está formado por magistrados. Y resulta que para acceder a la carrera judicial existen oposiciones; concurso-oposición con méritos y pruebas (cuarto turno); simples méritos y designación digital con quince años de experiencia (quinto turno para el Supremo) o dedazo político para ser nombrado miembro de, por ejemplo, el TSJC. A uno le cabe la razonable duda veraniega de si el TSJC, en coherencia, no tendría que anularse a sí mismo.