La Audiencia Provincial de Tenerife ordenó reabrir el caso grúas la primera vez que lo archivaron. Y ha dictado varios autos ordenando tomar declaración a las personas que la Fiscalía considera claves para acusar a Clavijo. Tiene bastante sentido -por no decir otra cosa- que si el expresidente tiene la oportunidad de llevarse su caso al Tribunal Supremo, lo haga. Haciéndose senador por la Comunidad Autónoma o miembro de la tuna de Salamanca. Lo que haga falta, porque el panorama apunta a que hay una escopeta judicial autóctona que le puede volar los sesos. El problema es que vamos camino de unas nuevas elecciones en noviembre, lo que implicaría la disolución de las Cortes. Y vuelta para acá. Al PSOE, sin embargo, no le viene nada mal que Clavijo se aleje un poco. Si el líder de CC no es diputado, lo de una hipotética moción de censura pasa de ser improbable a casi imposible.