Me dediqué a perderte

Y me ausenté en momentos que se han ido para siempre

Me dediqué a no verte

Y me encerré en mi mundo y no pudiste detenerme

Y me alejé mil veces

Y cuando regresé te había perdido para siempre

Y quise detenerte y entonces descubrí que ya mirabas diferente

Me dediqué a perderte.

(Alejandro Fernández)

Quizás mientras leemos la estrofa somos capaces de tatarear la canción, o quizás no. Pero de lo que sí somo capaces es de interpretar las palabras y el sentimiento que el autor nos quiere transmitir. Al amor y al desamor se le dedican un sinfín de obras, ya sean literarias, cinematográficas, o en cualquier otro formato. Nos damos cuenta de que el amor es el sentimiento que, de una u otra forma, está más presente en la historia del ser humano. Nos pasamos la vida buscando a la persona que pueda ser nuestra pareja más perfecta y cuando la encontramos, nos acomodamos y ¿qué hacemos? Pues en muchos casos, nos dedicamos a perderla. ¡Qué curioso es el ser humano!

¿El amor se muere? Sí, el amor puede morir, y ¿por qué? Pues por muchas razones, empezando por el principio a nivel temporal, no hay que confundir amor con enamoramiento. Toda fase inicial debe evolucionar hasta asentarse. En el enamoramiento, que suele durar entre 4 o seis meses, idealizamos a la persona y la adrenalina y noradrenalina ya se encargan de que esa necesidad física de contacto esté en auge. Transcurre el tiempo hasta un máximo de tres años, las endorfinas bajan y nuestro sistema neuronal y hormonal se ha acomodado a la nueva persona, y entonces comienza una nueva fase, el amor romántico. Muchas personas interpretan ese descenso como que ya no es lo mismo, alargan la situación y si la pareja ya no cumple sus expectativas, abandonan la relación en búsqueda de otra que sí las cumpla.

Y ¿cuáles son las causas que pueden hacer que el amor vaya desapareciendo?

Diversos estudios encontraron que tanto para hombres como para mujeres al amor lo mata en sus fases iniciales, la apariencia "desaliñada", la "pereza" o la "inseguridad económica". En cambio, cuando se trata de relaciones estables y de larga data, las mujeres anotaron como las principales causas "la falta de sentido del humor", el "mal sexo" y la "falta de confianza" como los principales elementos que terminan con el amor.

En cambio, para los hombres la "baja libido" y "demasiada charla" por parte de las mujeres son razones que llevan a la ruptura, demostrando que para ellos es más importante la cantidad antes que la calidad y que suelen ser más callados que las mujeres. Analicemos entre esas y otras razones por qué puede acabar el amor. Existen unos pilares fundamentales y si estos fallan la relación con el tiempo irá muriendo y es ahí cuando nos dedicamos a perder a nuestra pareja.

La comunicación: conversar permite que la relación se pueda replantear y adaptar a las nuevas necesidades surgidas con el paso del tiempo, si no nos expresamos, si no contamos, si no decimos cómo nos sentimos, ¿en qué nos convertimos?

La confianza en el otro es lo que permite la entrega sin medidas, el no dudar es básico en la relación, sin ello no se puede avanzar. Se necesita esa confianza para tener la seguridad de poder sentirse seguro en una relación.

El compromiso: ¿Hacia dónde vamos si no existe un proyecto de vida en común? Si no hay ilusiones de futuro comunes, si no hay metas y no se evoluciona hacia ellas, la relación se estanca en un punto de "no ser".

El sexo: indispensable en toda pareja, mantener viva la pasión, crecer juntos y experimentar el uno con el otro, hace que los lazos entre ambos se fortalezcan. Ajustarse es prioritario, ya sea en calidad como en cantidad. Sin sexo o con mal sexo, ¿en qué nos convertimos?

El afecto: mostrar nuestros sentimientos, ya sea de forma hablada o con actos, es básico para el mantenimiento del amor. La falta de demostraciones afectivas hace que la relación se enfríe con el paso del tiempo y comiencen problemas ya que interpretamos que no somos queridos.

Infidelidad: el 50% de las parejas son infieles, algunas lo descubren, otras no. El saber que tu pareja te ha sido infiel es la causa principal de una ruptura, la traición y la decepción son muy difíciles de superar. Y aunque se consiga en un primer momento, es un cáncer que queda grabado a fuego en la cabeza del otro. El amor no implica la falta de atracción por otras personas sino la voluntad de no romper el lazo con quien se tiene un proyecto de vida en común. Y romperlo destruye al otro.

Condiciones de vida, trabajar mucho, problemas económicos y otros factores que afectan a la calidad de vida pueden ser muy significativos a la hora de mantener una buena salud emocional en la pareja, el cómo lo sobrelleva la pareja es básico para que el amor no decaiga.

Además, podemos añadir otros factores no menos importantes pero que pueden sumar en la muerte del amor, como por ejemplo convivir con alguien poco vital, con alguien con quien no paras de pelear, con problemas de higiene, que esté lejos, que no le guste que te relaciones con amigos o familiares, la rutina o la monotonía, todo ello hace que haya diferentes sumatorios que a larga terminen por distanciaros emocionalmente.

Es bien sabido que el amor hay que cultivarlo, nadie ha dicho que fuese fácil, pero para ello se requiere estar en la relación y trabajarla constantemente. Renovarse, resolver los conflictos y negociar debe ser un continuo que no debe de causar pesadez. Con práctica se aprende a amar, aunque nunca está de más buscar herramientas si vemos que en algo fallamos. Conocernos y querernos, aceptarnos y amoldarnos, ceder y comprender, pero nunca dejar de amar, nunca dejar que las cosas no se solucionen, advertir los errores en los que se reincide y mejorar. Ignorar lo que sucede, mirar hacia otro lado o evadir el trabajo del amor, no hay sentimiento que lo mantenga.

¿Nos dedicamos a perdernos? O? ¿Nos dedicamos a amarnos?

Psicóloga y terapeuta.

http://anaortizpsicologa.blogspot.com.es/