La mayoría de los ciudadanos estamos más que hartos del monopolio que hacen ciertos partidos políticos, grupos de opinión, etc., sobre el concepto progresista, que lejos de ser una ideología definida se trata de una tendencia política, que los partidos de izquierda han pretendido adueñarse, repitiéndolo hasta la saciedad -incluso por algunos que manifiestan una clara indigencia intelectual-, hecho constatable por el contenido de su discurso. Pero, en definitiva, lo que pretenden enaltecer es que sus ideas son de avance, de progreso, y las del resto que no son de su opinión reaccionarios, de retroceso o discutiblemente democráticos. Pero esa idea del progresismo, que quizás en la segunda mitad del siglo XIX pudo haber estado asociada a los conceptos de liberalismo, en la actualidad sólo pretende un desenvolvimiento más rápido de las libertades públicas, pero nada que ver de la reiterada y manida frase de "gobierno progresista, de progreso...", que no viene a decir nada, sino conceptos faltos de contenido. Por citar algunos ejemplos: la Ley del Divorcio, promulgada por un Gobierno de la Unión de Centro Democrático (UCD), de centro y heredero de la transición en la que militaban personas procedentes del franquismo, ¿no fue una ley progresista, o por el contrario fue retrógrada y reaccionaria?, que yo sepa ese Gobierno no era ni socialista, ni repetía hasta la saciedad lo de progresista, ni tonterías por el estilo. Y de la UCD, los que tenemos algunos años, conocemos muchas medidas progresistas?

Trasladándonos unos años antes, cuando la formación de ese partido, la UCD se denomina como un "gran partido de centro que incluye tendencias moderadas y progresistas" dentro de la legitimidad democrática, recalcando que su actitud de diálogo y negociación no le significaba cesiones ni a la derecha ni a izquierda. Vemos como ese monopolio del progresismo que se arroga ahora la izquierda, ya lo enarbolaba un partido tan lejano de esta ideología como fue UCD.

Pero continuemos, en el año 2001, el gobierno de José María Aznar, del Partido Popular, suspendió el Servicio Militar Obligatorio. Una medida progresista y avanzada para la sociedad en general, aunque para muchos se precipitó al profesionalizar la tropa, sin adoptar una medida intermedia como mitad profesionales, mitad tropa de quinta, pero a lo que vamos, ¿fue la medida progresista para la juventud del momento, que a los 20 años le interrumpía sus estudios o trabajo para cumplir con esa Obligación?, o por el contrario ¿fue totalmente retrógrada y propia de un partido conservador?, la respuesta es clara y no ofrece duda. Salvo que por los partidos de oposición se prefiriera -que serían los progresistas del momento- que la mili continuara con carácter obligatorio, como en la época de nuestros abuelos. Del mismo modo, otra medida que podríamos citar es la incorporación de España a la OTAN, de la mano de la UCD con Calvo Sotelo de presidente, y que el PSOE en la oposición decía "de entrada, no", pero que luego nos metió de lleno, incluso un destacado dirigente de ese partido que en la oposición asumía esa frase, algunos años más tarde llegó a secretario general de la Organización. Personalmente pienso que a España era lo que mejor le convenía, pero no era precisamente una medida progresista o por lo menos lo que la parroquia de la izquierda asumía como progresismo, pues para ellos todo lo relacionado con militarismo, armas, ejércitos, es retrogrado, facha y casposo, aunque no se tenga ni idea de lo que se habla, máxime si es una cosa tan delicada como la política de defensa, pero la progresista izquierda nos llevó a la OTAN.

No obstante? todo lo dicho depende si el concepto progresista es como algunos de la izquierda radical piensan, que sólo es aplicable en Cuba, Venezuela o Corea del Norte, entonces la duda ha quedado "meridianamente" clara.

* Abogado y periodista