Teodoro García Egea, secretario general del PP, lo decía sin papas en la boca: "El PP canario con Asier Antona no ha dado los frutos que se esperaban". A todas luces la guerra fratricida del PP canario, que dura ya mucho más tiempo de lo deseado, se llevará a Antona por delante, de momento. Madrid considera abiertas todas las opciones y prepara una posible gestora hasta que se convoque un congreso regional que seguramente acabará con la presidencia de Asier en el PP de las Islas. Madrid achaca al líder popular el no obedecer las directrices del partido en cuanto a no pactar por el PP y no le perdona su "nefasta" gestión de pactos en nuestra autonomía. Asier pudo ser presidente del Gobierno, pero quiso más y consideró aquello una trampa. Luego, en el pacto que se forjaba en torno al centro derecha, se negó a cederle el paso a la presidencia a María Australia Navarro, y dar él un paso atrás para que fuera esta, no se entiende aún por qué, la presidenta de los canarios.

Deberíamos preguntarnos qué hay detrás de todo esto si nos damos cuenta de los malos resultados que sacó el PP en toda España en las Generales y en las locales. ¿Dimitirá Casado por ello? ¿Se montarán gestoras en todas las autonomías donde los diestros han fracasado? Es un asunto de coña que nos invita a pensar que la guerra entre los secretarios insulares contra Antona tiene una sombra detrás y que muchos achacan a José Manuel Soria, entre otros, que seguiría manejando un poder omnívoro sobre el partido del que tuvo que dimitir por el "caso de los papeles de Panamá". Quizás Asier no negoció bien en el momento crucial en que le ofrecieron la presidencia, pero es fácil decir por dónde no hubo de pasar el carro cuando se rompió la rueda. Lo cierto es que de momento y escuchando lo que uno escucha, Antona está amortizado. Pero, claro, ¿y ahora qué, María Australia, es decir, Soria? Qué cosas.

@JC_Alberto