La mala gestión de los pactos en CC ha dado con que en torno a mil personas en Canarias se tengan que despedir de sus puestos de trabajo, al ser personal de confianza y cesar al cesar sus líderes políticos. La cantidad de cargos públicos que desean ser senadores por la comunidad autónoma es más que importante, y van desde la herreña Isabel Allende, el conejero Pedro San Ginés, la majorera Lola García, o el propio José Manuel Bermúdez, toda vez que parece que su partido lo ha propuesto. A nadie le amarga un dulce, y a mí menos que soy diabético, y el Senado es un gran dulce en tiempos de escasez pecuniaria para tanto cargo público destronado. La reforma del Estatuto le permitiría, por ejemplo a Carlos Alonso, ser portavoz de CC en el Cabildo y cobrar el sueldo que le corresponde como funcionario europeo que es. Esto solo lo pueden hacer los funcionarios. Otra cosa nueva y poco conocida es que el senador que proponga CC por la comunidad autónoma, o el PSOE, no tiene por qué ser diputado en el Parlamento canario.

Es por esto, por lo que CC en Tenerife está promoviendo a Bermúdez. Los números dicen que el 67% de los votos de CC son de Tenerife, y en toda lógica, el candidato debiera ser tinerfeño. Pero como nadie sabe lo que pasa en CC y la victoria tiene muchas madres pero la derrota es huérfana, cualquier cosa puede ocurrir. Cualquiera puede negociar el cargo en un partido que no sabe negociar; al menos esta vez. La guerra está servida y no es moco de pavo, los puñales vuelan entre islas fruto de que fuera del poder muchos no saben dónde ir, más allá que a la oficina del paro. La teoría de Bermúdez es que quien vaya al Senado, debiera dedicar el resto del tiempo liderar la regeneración del partido con los restos del naufragio. Difícil lo tiene CC si no se dedican tras el verano a reestructurar los mimbres. Y es que el estampido ha sido de órdago: totalmente inesperado hasta para el PSOE..

@JC_Alberto