No miremos para otro lado, el gran desengaño de estas elecciones ha sido Ciudadanos. Sabemos lo que es VOX, qué quiere y qué representa; sabemos qué es Podemos, qué quiere y qué representa. Lo sabemos del PSOE, del PP y de CC, por ejemplo. Pero no de Ciudadanos. O sí. Albert Rivera o todo lo que cuelga de él, lo único que quiere es poder y puestos de mando pasándose por el arco del triunfo las ideologías. Tanto es así que se sitúa en un lugar que carece de ideología y que es el centro. Allí se ha parapetado para que su partido pacte a diestra y siniestra sin dar explicaciones a nadie. Ha sido el gran fracaso. No se puede jugar con dos barajas y obviar la representatividad de los que quieres que te apoyen. Quizás tras habérselo prometido a sus socios europeos, no quiere pactar con la ultraderecha española que es VOX. Pero no se puede tener la cara dura de querer que te apoyen sin darles absolutamente nada a cambio: nada. Ningunearlos, pero querer contar con su apoyo.

Lo de Rivera es la habilidad de quedar mal por donde quiera que se le mire. Quiere un pacto en Madrid con el PP sin VOX en el Gobierno, pero con sus votos. Vamos, algo imposible. Si nos vamos a otras plazas hace lo mismo pero con Podemos. Pacta con el PSOE, pero con la certeza de que la red de la izquierda radical los apoya desde el banquillo: como en Santa Cruz de Tenerife. Es patético y se debe creer que todos somos imbéciles. El tiro le está saliendo por la culata en un partido que prometía mucho y se está quedando en nada. Concretamente, en nada que él ni tan siquiera sea capaz de controlar, porque en cada escenario actúan como les viene en gana. Y es una penita, chico.

@JC_Alberto