Hay especialidades en el mercado de trabajo que, o las formamos, o las tenemos que importar, lo que retrasaría permanentemente la solución al desempleo estructural de Canarias.

Los profesionales más buscados en los sectores que ayudarían a diversificar la economía canaria son los que necesitamos formar urgentemente.

El desajuste entre los puestos de trabajo que necesitan las empresas y los demandantes de empleo formados es muy elevado, lo que no va a detener las necesidades de inversión y crecimiento de las empresas.

Canarias, los países desarrollados en general, se alejan, poco a poco, de la mano de obra con poca aportación de valor, difícilmente sostenible más allá del sector servicios. No se trata de destruir empleo de baja cualificación y nivel salarial, sino complementarlo con aquella actividad empresarial que puede pagar más y mejores salarios.

También debemos darnos cuenta que salir de la carrera o formación para el empleo con conocimientos profundos te garantiza estar actualizado hasta un plazo máximo de tres años.

La cualificación necesaria debe ajustarse a la volatilidad de productos, servicios, hábitos de consumo e información sobre mercados, formando permanentemente a los recursos humanos y, sobre todo, el trabajador debe valorar la formación como un motivo de satisfacción laboral.

Nadie sabe qué mano de obra se necesitará en el futuro, pero todos coincidimos en que esa mano de obra debe estar formada de manera polivalente y tener una actitud constructiva y activa en su puesto de trabajo.

Mientras tanto, los sistemas educativos, que se adaptan lentamente a los cambios del mercado laboral, deben evolucionar hacia una formación con menos memorización y mayor desarrollo de habilidades.

La tecnología no está acabando con el empleo y la empresa, los está transformando.

* Vicepresidente del Consorcio de la Zona Especial Canaria