Hemos vivido en los últimos años un campo que pierde puntos, siendo preocupante la pérdida de campesinos, es decir, se está perdiendo el llamado relevo generacional. Sin embargo, un sitio de referencia como es La Cooperativa la Candelaria no sólo sobrevive, sino que es prácticamente uno de los pocos vestigios agrarios que quedan, ya que en Tenerife han cerrado las puertas más de 15 cooperativas agrarias, desde Acaymo y Tamaimo, en Santiago de Teide, a la de Tejina en La Laguna.

La supervivencia de La Candelaria tiene más valor dado el maltrato sufrido por el sector primario, desde diferentes prisma: abandono de la agricultura de secano, rechazo del mundo urbano hacia las actividades ganaderas, el no a las granjas, los procesos de urbanización del suelo rústico, solares y tierras sin cultivo que ni se arriendan, ni prestan, ni limpian, ni aran, para evitar plagas o prevención de incendios, etc.)

Es alentador que un grupo de jóvenes se ponga al frente de dicha entidad. No olvidemos que es puntera en Canarias, gestionando unos seis millones de litros de leche, con instalaciones que prestan servicio a los/as ganaderos/as y agricultores/as, en el caso de estos últimos con la segadora y empacadora para el cereal, la asociación de defensa vegetal vinculado al cereal y el forraje, o la venta de trigo a todas las Islas.

Su papel también es clave en la quesería en Benijos, centro de maduración de queso, que también tiene de tipo artesanal, y con un equipo de veterinarios/as que asesoran a los/as ganaderos/as en el seguimiento de la calidad de la leche y con los equipos de ordeño.

La Cooperativa, además, tiene un supermercado que distribuye principalmente productos de la tierra, destacando la carnicería y el gofio de trigo del país. No olvidemos el papel de los/as ganaderos/as y la dura competencia que tenemos con la carne importada de terceros países, a los que no se les pide lo que se exige a los/as canarios/as, tanto en aspectos sanitarios, como sociales, siendo, por ejemplo, en muchos casos las importaciones de fuera con arancel cero.

La Cooperativa es también sembradora de cultura, de autoabastecimiento kilómetro cero, valor de las cosas de la tierra, colaboración con los ayuntamientos y el Cabildo en la defensa de las vacas del país. Qué decir del arrastre, que incorpora jóvenes ante la agresiva cultura del coche y el fútbol. O las romerías y las vacas como elemento de identidad?, o el rescate del trigo barbilla y la defensa del cereal, quedando en el entorno a la Cooperativa la mayor superficie de cultivo en Canarias. Por ello, el mantenimiento de La Candelaria es también una referencia de una sociedad, con mayor equilibrio ambiental y cultural en la que lo pequeño, lo local, no sea marginal sino que tenemos que habilitar formas que dignifiquen social y económicamente nuestros campos. Lo que esta experiencia nos dice es que tendremos que incorporar actividades familiares en nuestro medio rural. La Cooperativa es una empresa que, ante la agresividad de lo de fuera, acerca el productor al consumidor, cosa que ocurre con el supermercado y los productos para el campo en dicha cooperativa.

Tenemos que recuperar el espíritu del cooperativismo que nació y creció en Canarias vinculado al campo, hoy en crisis.

La nueva directiva de La Candelaria es también una esperanza que otro campo, es posible y es también algo básico en el futuro de esta tierra. Juventud y experiencia, un oasis que plantó y sembró el malogrado Pedro Molina; seguro que estará orgulloso de que el alumnado de su escuela apueste por dignificar el mundo rural y hacer una sociedad ambiental y socialmente más justa. La nueva Directiva de la Cooperativa la forman Candelaria Rodríguez como presidenta, Elena Ramos como gerente, Fabiola Delgado al frente de la Quesería Benijos, y Santiago Cacho como secretario. Son referencias y profesionales de la historia reciente, tema de gran valor, ya que han sobrevivido en tiempos muy adversos en los que han saltado por el aire numerosas empresas agrarias, pero sobretodo las ilusiones, el trabajo y la lucha de numerosas cooperativistas agredidas por una cultura de supuestos derechos sin obligaciones..., alimentos de aluvión y el campo para zarzas y magarzas.

Enhorabuena queridos/as directivos/as y socios/as, los tiempos les darán la razón de que vale la pena luchar por una causa noble.