Ya contaba esta casa, que es Prensa Ibérica, la desazón que empezaba a hacer mella entre un importante segmento de la población y el empresariado tinerfeño, ante la ausencia absoluta de mandos de primer orden en el Gobierno de Canarias. Incluso, se ha roto la norma no escrita de que el presidente siempre debe ser de una isla y el vicepresidente de la otra isla capitalina. Siendo esto así, temen que Tenerife se quede sin voz en los asuntos más importantes que a la Isla conciernen. El PSOE ya está negociando la moción de censura contra Carlos Alonso en el Cabildo en favor de Pedro Martín, que si bien es de Tenerife, forma parte del jerárquico partido socialista, donde los intereses regionales del Gobierno y por ende de Gran Canaria, pudieran terminar con Tenerife en un segundo o tercer plano. La llave de un mínimo equilibrio autonómico la tienen los dos consejeros de Ciudadanos en la Institución, toda vez que pudiera haber una afinidad entre el PP y CC para frenar que el tsunami de la izquierda entrara también en la Corporación insular.

A diferencia, por ejemplo, del Ayuntamiento de Santa Cruz, aquí Ciudadanos tendría que firmar con Podemos y el PSOE la propuesta de moción de censura para que entrara por el registro. Asunto que los votantes de Ciudadanos verían como algo totalmente enloquecido, no por su posible deseo de quitar a CC, sino porque representan el centroderecha de Tenerife. En las manos del químico y funcionario del Cabildo Enrique Arriaga, y de la segunda consejera del Cs en el Cabildo, Concepción Rivero, es donde descansa la desazón e incertidumbre de los que opinan que Tenerife se puede quedar en la cuneta, y su decisión de estos días podría marcar o no su éxito en el futuro. No hay otra para los que piensan que mantener a Carlos Alonso es apostar por la defensa de Tenerife y aupar a Pedro Martín, depender enteramente de Gran Canaria. La cosa está que arde.

@JC_Alberto