Tiene su cosa cómo el poder cambia la perspectiva de las cosas: de estar a punto de quedarse pelado en una esquina, completamente amurgado, Román Rodríguez paseaba ayer por Las Palmas su muy reluciente estado de alegría. Y no es para menos: será vicepresidente del Gobierno y consejero de Hacienda (puede que incluso de Economía), dicen que el hombre más poderoso de Canarias. O no.

Porque a la chita callando, quien realmente se ha hecho con el mango de la sartén de este Gobierno es Casimiro Curbelo, el tío que más vale de Canarias, ese personaje que tantas críticas e insultos acumuló esta pasada legislatura a cuenta del poderoso respaldo de sus 6.215 votos gomeros. Después de dos años y medio recibiendo invectivas de Noemí Santana por su apoyo al clientelar FdeCan de Clavijo, su apuesta por la llamada ley de Islas Verdes, su posición contraria a la modificación de la triple paridad como criterio de reparto, o su pretensión de que los coches también queden amparados por el descuento a la residencia (La Gomera es la isla a la que más gente va en coche), Curbelo logró el jueves colocar los siete folios de una jugosa addenda secreta al Pacto progresista, que incluye que el reparto de los fondos del clientelar FdeCan se seguirá realizando con el mismo criterio -primar a las islas pequeñas- que se realiza ahora, y que la archidenostada Ley de Turismo de las islas verdes es "una herramienta fundamental que no podrá ser derogada", y que deben establecerse compensaciones a la doble insularidad, empezando por rebajar el coste del combustible en las islas periféricas, y que se creará un plan específico para parados de La Gomera, La Palma y El Hierro, y se autorizará el grupo parlamentario gomero con sólo tres diputados (a lo que se opusieron los tres partidos que ahora lo apoyarán), y que en la tramitación de la ley electoral que exige el nuevo Estatuto no se modificaran los criterios actuales de representación insular. Y más: que se defenderá el 'perverso' alquiler vacacional, y se invertirán 60 millones de euros en un plan de Vivienda oficial para La Gomera, La Palma y El Hierro.

Y muuuuuuchas pero muchas obras: se ejecutarán la variante de Vallehermoso, la vía entre Alajeró, Paredes y el Aeropuerto, la Gomera 2 entre la Degollada de Peraza y San Sebastián, la mejora de los túneles de Valle Gran Rey, se hará el puerto de Playa Santiago, y se impulsara el de Fonsalía, que comunica el Sur de Tenerife con La Gomera, se construirá un nuevo centro sociosanitario en el norte de la isla, se conectará la red eléctrica de Tenerife con la de La Gomera por cable submarino, más 20 millones para obras hidráulicas, y se rehabilitarán las playas de Alojera, Playa Santiago y San Marcos, y de propina, un teleférico entre Agulo y el mirador de Abrante (no es coña). Y también se establecerá la obligación de Servicio Público de un vuelo diario, durante todo el año, entre La Gomera y Gran Canaria. Y se revisaran las dietas para pacientes y familiares que requieran atención fuera de la isla. Y además, Curbelo nombrará al consejero de Turismo, Industria y Comercio y a los responsables de todos los organismos y empresas públicas dependientes, a los gerentes de Visocan y de Gesplán, al director de Puertos Canarios, al viceconsejero que se ocupa de los emigrantes, a los directores generales de infraestructura turística, de infraestructuras viarias y de Presupuesto y Gasto Público. Y además gestionará por su cuenta la Salud en la isla. Sólo les ha faltado declarar el silbo gomero asignatura troncal en toda Canarias. Yo me voy a vivir a La Gomera. Pero ya. Porque esto es mejor que no tener que pagar tu entierro.

Luego se extrañan de que a Casimiro lo adoren los suyos. Y ahora hasta le quieren Antonio Morales y los podemitas. Porque, ya lo dijo Noemí Santana: "hablando se entiende la gente".