Todos sabían que Casimiro Curbelo tenía la llave del nuevo ejecutivo canario, aunque muchos desconocían hacia dónde iba a girar la cerradura que abría un gobierno presidido por Ángel Víctor Torres (PSC-PSOE) o Fernando Clavijo (CC-PNC). En realidad, esos fueron los únicos bandos que han movido ficha para constituir el gabinete que finalmente bautizaron como el del progreso. Curbelo ha demostrado ser un gran estratega. Vamos, por tirar de un ejemplo algo costumbrista, lo que se conoce como un buen compañero de envite. ¡Miren que le han enviado señales desde todos los costados antes de que el líder de ASG tomara una decisión! El dirigente gomero, que anoche estrenó su octavo mandato al frente del cabildo de la Isla Colombina, fue leal hasta el último minuto.

Casimiro fue testigo de la maniobra de demolición contra Coalición Canaria que planificaron Ángel Víctor Torres (PSOE), Román Rodríguez (Nueva Canarias) y Noemí Santana (Podemos), observó impasivo la inmolación del Partido Popular de Asier Antona y el desgobierno de Ciudadanos y aguardó su momento con la tranquilidad de creerse que tenía la llave -no la que Miguel López le pidió a la alcaldesa Patricia Santana para que los Magos de Oriente puedan entrar en enero de 2020 en los hogares santacruceros- que le unía a los enemigos de Clavijo. Curbelo jugó todas sus bazas, apuró los tiempos y selló el pacto que hoy se escenifica en el parque García Sanabria. Luego, sufrió un accidente doméstico y se vio obligado a ir a un centro comercial para comprarse un traje. Esa fue la única chaqueta que se cambió el pasado jueves...