En una reunión de la que nadie se enteró -menos yo, por supuesto, mis videncias me consagran como el Sandro Rey del comentario político- y que se celebró el pasado sábado en un guachinche de Santa Úrsula especializado en garbanzas, Asier Antona dió un golpe sobre la mesa de formica, y mirando fijamente a los ojos de José Miguel Barragán, dejó muy claro que no solo le correspondía la Presidencia, sino que a su gata, Marquesota, sería designada la próxima Viceconsejería de Administraciones Públicas, un cargo que CC pretendía reservarse para sí. En este punto intervino Vidina Espino, que se interesó inmediatamente por el estado de salud de la gata, "porque uno de nuestros compromisos programáticos es la tolerancia cero con cualquier maltrato animal", apuntando que "en esa Viceconsejería una solo se puede sentir maltratada". La intervención de la candidata de Ciudadanos exasperó a Antona, porque, dijo, "bromas las justas", y el ambiente se fue caldeando hasta el punto que intervino para tranquilizar los ánimos, y con un plato de tollos en la mano Casimiro Curbelo, quien mostró su confianza en que "Marquesota, que es amiga de todos, se siente feliz en el regazo del compañero Antona". El líder gomero propuso "para eliminar cualquier fricción", que la ASG asumiera la Viceconsejería de Administraciones Públicas en el próximo Ejecutivo, lo cual fue aceptado sin rechistar. "Estoy seguro", agregó Curbelo apuntando el cargo en su libreta de notas, "que este es el mejor pacto para Canarias".

Sin embargo, los retrasos en la configuración definitiva del pacto de centroderecha y torredelconde propiciaron una reunión el martes con la participación de los partidos de centroizquierda decididos a superar todas sus diferencias a la mayor brevedad. Noemí Santana mostró cierto nerviosismo e insistió, como siempre, en la infinita voluntad de colaboración de Podemos: "Les aseguro que no daremos problemas, no plantearemos dificultades, no alimentaremos conflictos ni contradicciones, les juro que nadie notará que estamos en el Gobierno". Román Rodríguez recordó su condición vicepresidencial y sugirió fusionar las consejerías de Hacienda, Obras Públicas y Presidencia "porque son más o menos lo mismo" bajo su dirección. Se escucharon gritos apagados desde el exterior de la sala y apareció Ángel Víctor Torres rojo de ira. Alguien lo había encerrado en el cuarto de baño, explicó mientras escuchaba toser a Rodríguez. "Por suerte me abrió la puerta Casimiro". Curbelo saludó a los aplausos de los presentes, diez minutos ininterrumpidos de aplausos que acabaron con una afirmación admirativa de Santana: "Eres el cacique más progresista de Canarias". "Soy solo un servidor público", replicó Curbelo, "que cree que este es el mejor pactos para nuestras islas". "¿Cuál?", preguntó Torres. "Este, compañero, que hay que decírtelo todo".

El miércoles Coalición Canaria le ofrece la Presidencia a María Australia Navarro y Rodríguez propone al secretario general del PSOE incluir en el programa de gobierno ir juntos a la peluquería todos los meses.

Jueves mañana. Antona insiste en que nunca se acordó que la presidenta del Gobierno fuera una mujer. CC le propone estudiar una operación de cambio de sexo. Llegan de Madrid dos médicos especialistas en cirugía de reasignación sexual, pero se pierden en el Centro Comercial 7 Palmas. Jueves tarde. Para salvar el pacto in extremis, María Australia Navarro propone a Coco Chanel.

Se anuncia el pacto de izquierdas mientras un cometa recorre los cielos de Canarias y todos, menos los canallas y los corruptos, se sienten más felices. Curbelo se queda Turismo.