El nuevo pacto emergente entre Coalición y el PP no está libre de amenazas. Los populares, por ejemplo, se resisten a dar marcha atrás a sus alianzas con el PSOE en Lanzarote. Es difícil que los nacionalistas acepten un acuerdo dejando fuera uno de sus cabildos más importantes. Y habrá que ver si Ciudadanos y el PP aceptan el Pacto Canario de Solidaridad que la Agrupación Socialista Gomera pone como condición para sentarse a cualquier mesa negociadora. La presidencia que ha venido a visitar por sorpresa a Asier Antona necesita todo lo contrario de lo que ha protagonizado la izquierda en sus conversaciones: velocidad. Si no se llega a un acuerdo en pocos días, el asunto se le puede torcer. Y todo eso sin contar con que en la constitución de las corporaciones locales no haya ninguna sorpresa o daño irreparable en el bloque de la derecha. Porque aquí, en estas islas, de cualquier mato naranja salta un conejo.