Todo el mundo se pensaba que eran trampas en las apuestas y ¿al final?? Lo de siempre, lo que todo lo pudre: la droga. La trama de amaños de partidos de fútbol liderada por el exjugador Carlos Aranda blanqueaba dinero procedente del narcotráfico con la compra de encuentros en Primera y Segunda División. Miseria que mancha al deporte. Todo un ejemplo para los pibes.

El beneficio obtenido con el tráfico de drogas era utilizado para pagar a los jugadores a los que se compraba y también para realizar las apuestas que convertían en legal el dinero ilegal. Tipos que un día fueron deportistas y ejemplo de valores y principios blanqueaban cantidades ingentes de dinero. Dinero de droga. Da pena. Cuando dejas el fútbol, me decía un amigo exfutbolista, llega el abismo de la nada. Caer por él es muy fácil cuando no se tiene cabeza.

Los escándalos están golpeando muy duro al mundo del deporte en nuestro país. En particular, al fútbol profesional. Resulta miserable que jugadores y exjugadores de máximo nivel encabecen una red criminal de compra de partidos, droga y extorsión. Alguien, no sé si la RFEF o La Liga, tiene que tomar medidas inmediatas con esto. Al final, y aunque no se puede generalizar, porque en todos sitios hay garbanzos negros, una imagen lamentable del deporte rey, que a este paso será el deporte de las cloacas.