Hay dos indicadores económicos que realmente comienzan a preocupar. Se esperaban, pero no por ello dejan de ser preocupantes. Llegan cada vez menos turistas. Comenzaron los ingleses y ahora se confirma la caída del turismo alemán. La crisis de algunas compañías aéreas no está ayudando. Vamos escapando porque son menos visitantes, pero gastan más.

Lo de la venta de coches es lo otro. Ha caído un 17 % la venta. La gente ha trancado el bolsillo. Los fabricantes lo achacan a la incertidumbre económica y al inestable escenario político, y razón no les falta. Más de uno ha pensado en irse a esconder a una cueva y taparse con una manta. Siento ser un aguafiestas, pero la economía de las Islas en 2019 crecerá entre el 1,5% y el 2%, menos que la media nacional, y la tasa de desempleo difícilmente bajará del 20%.

Vamos a tener esa enfermedad económica que se llama incertidumbre. Incluso con la construcción que vuelve a tirar del carro. Así todo, la creación de empleo será menor. Somos una tierra maravillosa, pero dependemos tanto de todo que no somos dueños de nuestro destino, pero al fin y al cabo ¿quién lo es? Dentro de lo malo, lo bueno es que ya lo hemos pasado tan mal, que estamos vacunados. Sin duda, si la cosa se pone brava, los canarios seremos capaces de mirar de frente, porque aprendimos la lección. Otros no pueden decir lo mismo.