Los bolsillos y las carteras, este mes, van a echar humo. Lo llaman el mes de los quemados. Me imagino que estarán pasando el calvario. Pagar a Hacienda, los rodajes de los coches, el impuesto de basura, la contribución de la casa, el seguro del coche y, en La Laguna al menos, el impuesto por cruzar la acera para entrar al garaje y aparcar (los puretas que no conducen también lo pagan). Aquí no se escapa nadie. Un mes para ser feliz.

La paga doble (el que la tenga) se va en todo esto. Conozco gente que tiene que pedir un préstamo personal cada año sobre esta época y luego lo pagan en 12 meses. Los precavidos han ido juntando poco a poco, quitándoselo de todo para pagar. Y quien no tiene, no paga. Luego llegan los embargos de cuentas, pero claro, primero está hacer la compra, pagar el techo y los gastos de los pibes. Pero Hacienda no perdona. No entiende de compras, techos y pibes.

Yo no sé por qué lo juntan todo el mismo mes. Tato el Coneja dice que como el dinero lo guarda debajo del colchón, las cuentas le dan igual. Alfonsito el Cochinón me dice que él lo arregla pintando un par de pisos más y ya está. Nuestros políticos negociando pactos y la gente negociando el bolsillo a ver si no se quema. No nos queda nada este mes. Entre esto, aquello y todo, como decía mi abuela ¿entienden por qué es un mes negro? Pues eso.