Los profesores podrán actuar en caso de abandono o abuso a un menor. De hecho, van a formar a los docentes Primaría y Secundaria sobre cómo actuar cuando se encuentren en las aulas con menores en esta situación. Lo hará la Dirección General de Protección a la Infancia. Se lo tomarán a la ligera, pero no se imaginan la cantidad de veces que la Policía ha tenido que ir a los centros educativos al encontrarse con situaciones que prefiero no contarles.

Lo de menos es que muchos vayan sin desayunar y sin haber cenado, no me invento nada, y si no que hablen los profesores. Lo de más es los que llegan sin dormir después de oír como supuestos papá y mamá se han manejado a golpes y a gritos y han pasado la noche escondidos debajo de la manta aterrorizados. Pensamos que ser profe es un chollo. Trabajan poco y cobran bien. No se lo imaginan. El profe cuida a sus pibes. Te llevas sus historias a casa y creas un vínculo que va más allá de un tema profesional. Son tus pibes, y ni tocarlos.

Ser profe es una vocación. Cuidar a ese pequeño grupito cada día es mermelada de fresa cuando te miran buscando ayuda, o son tan ruines que los mandarías a la cueva de Alí Babá. No son tus hijos, pero sí son tus niños. Y da igual la edad. Y los que no lo entiendan así y quieran ser profes, mejor se dedican a tocar la flauta y a hacer bailar a los ratones de Hamelín.