El día después de que Ángel Víctor Torres desplegara su innata capacidad de seducción en el Hotel Iberia de Las Palmas, el todavía presidente Clavijo inició con José Miguel Barragán el visiteo a la Corte. Algunos creen que la negociación decisiva se produce en las Islas, pero lo cierto es que pasa por Madrid. La noche del martes tuvo Clavijo un encuentro con Teodoro García, en la que el panocho Egea aseguró que el PP no facilitará al PSOE hacerse con gobiernos en ningún lugar de España. Antes, a las cinco de la tarde, hora taurina, Clavijo y Barragán se habían reunido con el secretario general de Ciudadanos, José Manuel Villegas. Una reunión crítica, porque son los dos votos de Ciudadanos en el Parlamento regional los que determinarán si en Canarias se produce un pacto de izquierdas o uno de derechas. Lo que haga Ciudadanos será clave para que Curbelo decida si se suma (o no) al acuerdo con el PSOE, Nueva Canarias y Podemos.

En la reunión con Clavijo, Villegas pidió cuarenta y ocho horas para despejar lo que hará Ciudadanos en Canarias, alegando la necesidad de desactivar la situación de división que vive el partido naranja en Canarias. En realidad, más que división, lo que se vive en Ciudadanos en las Islas es una situación de rebelión interna contra la dirección nacional del partido. Ocurre que el secretario de Organización de Ciudadanos, Juan Amigó, con el apoyo de Mariano Cejas, candidato derrotado al Parlamento, se niega a aceptar la jerarquía de la comisión negociadora decidida por el partido para los pactos en Canarias, presidida por el secretario institucional, José María Espejo, y en la que Madrid no ha contado con ellos. Amigó es un personaje muy conocido en Santa Cruz, a pesar de su absoluta alergia a los medios y los focos. Empresario de cierto éxito en el sector inmobiliario -logró enriquecerse con operaciones de compraventa internacional de propiedades de lujo-, fue hasta hace unos años un conocido promotor de bussines en la noche chicharrera, familiarmente vinculado al equipo empresarial que estuvo en el origen de ATI y además valedor de la candidatura como cabeza de lista por Tenerife de su amigo Ricardo de la Puente, exviceconsejero de Turismo del Gobierno regional y hombre de confianza de Paulino Rivero en la empresa turística Promotur. A pesar de esos antecedentes, Amigó ha cerrado un pacto con los socialistas para que la abogada Matilde Zambudio -su candidata a la alcaldía chicharrera- se haga con el control de Fiestas y Urbanismo, dos áreas en las que Amigó está especialmente interesado, y que Bermúdez intenta no soltar. Es chocante que quien hasta hace unas pocas semanas presumía de ser -desde Ciudadanos- el garante de la continuidad de su amigo el alcalde Bermúdez, se vuelque ahora en una operación que puede desestabilizar regionalmente a su partido, solo para hacerse con las dos concejalías chicharreras que mueven más negocio: el mundo inmobiliario y los carnavales.

Se atribuye al hugonote Enrique de Navarra la frase "París bien vale una misa". Quizá Bermúdez acabe ofreciendo un poco más que Patricia Hernández: la Alcaldía de la capital y el Gobierno de Canarias bien valen que el empresario Amigó que salga de nuevo con la suya?