"Todo el mundo tiene un corazón hambriento" dice una canción (Hungry Heart) del eterno Bruce Springsteen. Traducido al escenario político, los corazones hambrientos de los partidos se han desatado, buscando amor entre unos y otros. Ahora hay más hambre que nunca. Lo que pasa es que ya no hay tanto para comer, son demasiados corazones hambrientos y las mesas y los platos son los mismos.

Hoy comienzan las negociaciones en Canarias para pactar. PSOE Y CC iniciaran contactos con los demás, que esperan con el plato puesto. Entre CC y PSOE se sentarán supongo, pero parecen dos gallos para un solo gallinero. En política ya no vale aquello de "donde comen dos, comen tres". Ahora, aquí quieren comer siete. Por eso, los corazones hambrientos laten cada vez más rápido. El tiempo se acaba. Hay que correr y agarrar los tronos. Ayuntamientos en dos semanas, cabildos en tres. Gobierno regional, unos dos meses, o algo más.

Corazones hambrientos de poder. Cada uno jugando sus cartas en un juego absolutamente democrático, pero lleno de intriga, puñaladas, amor inverso, insidias, sonrisas y lágrimas. Sí, es la democracia, pactos y claro, mociones de censura inmediatas (que las habrá y se están mascando). Eso sí, nosotros hemos elegido a los corazones hambrientos, pero no los pactos. Señoras y señores, acomódense, comienza el circo. Pasen y vean.