Tampoco se hunde el mundo ni llega el apocalipsis cuando nos topamos con imprecisiones en el uso de la lengua española o castellana. Pero no estaría de más que los profesionales de la cosa -es decir, del hablar y del escribir- pusiésemos un poquitín de atención en las teclas que tocamos. Les traigo hoy aquí, con su permiso, unos cuantos pecadillos al respecto, que no estaría de más que se hubiesen pulido y que voy leyendo y anotando para ver qué opina el amable lector.

1.- Reponen en la tele la película Se busca. No cuenta con malos actores, hay acción y omisión y tal y cual. Pero leo su argumento por ver si me animo a verla y dice así: "El sargento James Dunn es un héroe de la Guerra del Golfo que ha sido condenado a muerte por asesinar a otro oficial". Freno en seco: ¿Otro oficial? ¿Cuál era el anterior? Como la acción se desarrolla en los 90 del XX, cabe aplicarle al sargento Dunn que sea un "suboficial de graduación inmediatamente superior al cabo mayor e inferior al sargento primero". Un oficial sería un "militar de categoría intermedia entre las de suboficial y oficial superior o jefe" y "comprende los grados de alférez, teniente y capitán del Ejército y los de alférez de fragata, alférez de navío y teniente de navío en la Armada", como define la RAE. Lo que quiero decir es que Dunn mata a un oficial, no a otro oficial, porque Dunn es suboficial, es sargento. A ver si asciende y entonces ya hablamos.

2.- Se definía un programa televisivo añejo y antiguo titulado ¿Quién vive ahí? como un "espacio en el que se muestran algunas residencias y lugares singulares que, por alguna razón, son únicos". Aquí queda un ejemplo poderoso de esa figura literaria llamada pleonasmo. Porque singular es aquello único en su especie. O sea que el anuncio viene a decir que "se muestran algunas residencias y lugares únicos que, por alguna razón, son únicos". Qué machacamiento machacandero, hombres de Dios.

3.- En una de esas páginas de sucesos truculentos (quizá sea esto también pleonasmo) leo que un delincuente "le propinó" un tiro en el estómago a otro. Acudo como el rayo al diccionario y me informo de que propinar es dar un golpe. Entonces, parece ser que un delincuente "le dio un golpe un tiro en el estómago" a otro, lo que no tiene sentido alguno, ni gramatical ni lógico, ni lógico gramatical. ¿No habría bastado con le dio un tiro o le pegó un tiro? Pero, claro, ¿quién se resiste a dárselas de cultazo usando a lo tonto propinar? En fin.

4.- En las páginas de Internacional de cierto diario titulan así una información: "Estallaron varias explosiones". Las explosiones resulta que ahora estallan, qué se le va a hacer. O los estallidos explosionan, quizá. Estallar es reventar de golpe con chasquido o estruendo. Así que, al pie de la letra, el titular aquel rezaba que "Reventaron de golpe con chasquido y estruendo varias explosiones". Mucho más sonoro, eso sí, mucho más explosionante, aunque mucho más bobo. Porque la explosión ya conlleva de por sí -y por desgracia según la noticia- estruendo y rotura violentísimos.

5.- No sin pasmo y sobresalto oigo a una diputada del PP considerar que algo dicho por uno de sus cargos obedece a "las lógicas del partido". Yo creía que la lógica era una y nada más que una, y que por eso sería lógica. Pero vivimos tiempos en que un mismo partido político puede tener varias lógicas, acaso para usar en cada caso que convenga una de ellas. Será así.

6.- Una diputada -esta vez podemista o podemita- protesta porque a un asunto tratado en el Congreso se le está dando otra vuelta de rosca. Igual, lo ignoro, se pasó de rosca al dar una vuelta de tuerca de más. Y es que hablando está uno como una chotis muchas veces.