Cualquier modelo económico que se precie debe basar su desarrollo en un marco sostenible que garantice crecimiento económico, empleo y sostenibilidad, si bien no debe basarse en un soporte artificial con un prepuesto público con déficit, bien en una economía que no sea productiva.

Y para ganar en productividad debe comprometerse con la simplificación administrativa y legislativa, así como amplias reformas estructurales que encorseten la capacidad de reacción en momentos de crisis. Sobre todo, en materia de empleo y riqueza.

Tampoco se trata de propiciar la bajada del peso de los salarios en el PIB para simular una productividad temporal, pues con cualquier subida de los costes laborales (salarios, cotizaciones sociales o costes extra salariales) acaba con la falsa ilusión de progreso y nos pone a las puertas de tasas de desempleo inasumibles con un presupuesto público hipotecado, de salida, con un coste del bienestar muy alto, financiada, en parte, por el déficit público.

Con este panorama, las exportaciones se congelarán, cuando no, descenderán, necesarias para consolidar el crecimiento del PIB que no puede vivir, eternamente del consumo interno y menos del consumo público.

Para solucionar esto, se hacen necesarias unas buenas y efectivas políticas de empleo, donde la gestión y el compromiso con el tejido económico-social no puede basarse en la desconfianza de las estrategias ni de los objetivos que, no olvidemos, deben ser consensuadas entre las tres partes.

Si echamos un vistazo a los datos del informe de CEOE-Tenerife La economía canaria en gráficos de 2018, en los últimos 20 años el PIB de Canarias subió de 18,1 mil millones de euros a 45,8 mil millones de euros (un 153%).

En cuanto al número de ocupados, ha subido de 414,7 a 897,2 miles de personas (un 116%) y hemos recuperado el número de ocupados que teníamos antes de la crisis de 2007, por lo cual no solo hemos crecido en materia de empleo, sino que hemos compensado los efectos de la crisis.

Si queremos analizar la tasa de desempleo, los datos de la senda seguida hasta aquí son buenas, pues en 2010 la tasa de paro era del 28,60% y en 2013 del 33,73%, mientras que hoy en día ha bajado hasta el 20%.

Las soluciones en materia económica no se dan de un día para otro, sino con el compromiso continuado con una tierra, tanto de administración pública, como trabajadores y empresarios.

Los riesgos finales hay que minimizarlos y mantener la confianza en la capacidad de gestionar con éxito.

*Vicepresidente del Consorcio de la Zona Especial Canaria