Existen varios factores que hacen que el sector ganadero tenga una importancia reducida en el Archipiélago, aunque esta tendencia ha experimentado un cierto cambio en los últimos años, gracias a las ayudas y protección de la Unión Europea al sector.

La ganadería canaria ha ido perdiendo el esplendor que tuvo antaño. Hoy en día, su importancia en el sector primario es mínima, y se reduce a un pequeño número de granjas destinadas a una explotación intensiva, y a una ganadería de tipo tradicional que aún se conserva en las medianías. (TB)

Aún teniendo una representación reducida de la ganadería en Canarias, es necesario ver las características que posee. Así, podemos señalar como primera y principal característica, que el ganado en Canarias está de forma más o menos permanente circunscrito a un establo, es decir, está prácticamente estabulado.

Atendiendo al número de cabezas, aparece, por orden de mayor a menor importancia, el ganado caprino (cabras), porcino (cerdos), ovino (ovejas), bovino (vacas) y equino (caballos), sin tener en cuenta la superioridad del ganado especializado avícola (aves) y cunícola (conejos).

La producción ganadera

La estructura ganadera en el Archipiélago presenta dos tipos de explotaciones: la ganadería intensiva y la ganadería tradicional.

La ganadería intensiva se localiza normalmente en la franja costera. Tiene un claro carácter empresarial, con un nivel tecnológico mucho mayor que las explotaciones de ganadería tradicional. Las principales granjas de este tipo son las de bovino, porcino, aves y conejos, y suelen predominar las especies foráneas, mucho más productivas en estos casos.

La ganadería tradicional se localiza en su mayor parte en las medianías, aunque también existen en la costa, y se estructura en explotaciones de tipo familiar. Se caracteriza por un limitado número de cabezas de ganado, donde la alimentación del mismo se vincula, casi siempre, a la actividad agrícola y a los recursos forrajeros locales, complementando su dieta con algunos piensos. Una de las prácticas que lleva aparejada esta ganadería tradicional es la trashumancia, es decir, la migración con el ganado, dependiendo de la estación del año, para la búsqueda de pastos. En la actualidad, se pueden encontrar algunos pastores que mantienen viva esta tradición en islas como Gran Canaria o El Hierro.

La producción ganadera en las Islas no es muy amplia. Entre los productos, podemos citar la carne, la leche, los huevos, el estiércol, la miel, la lana y la cera.

La leche que se consume en las Islas suele pasar por varias centrales lecheras, pero se consumen grandes cantidades de leche importada desde los principales países lecheros europeos. Un tanto de lo mismo ocurre con la carne, cuya importación para el consumo se ha incrementado en los últimos años.

En el siguiente gráfico observamos como la carne y la leche son los productos que más aportan al total de la producción ganadera, seguida por la de huevos. Estos tres productos representan casi el 90% del valor total de la producción.

Es un sector más modesto, si cabe, con un 23% de la producción agraria. Ha sido siempre una ganadería destinada al consumo interno isleño. La escasez de prados con forraje siempre ha sido un obstáculo para el desarrollo ganadero. De la tradicional cabaña de carga sólo sobrevive un pequeño resto de camellos para los turistas. Es la única cabaña de camellos de España. Estamos ante una ganadería estabulada, que se encuentra en las regiones más altas. Tengamos en cuenta que la ganadería requiere grandes cantidades de agua, aparte de pasto. La actual cabaña no tiene nada que ver con la ganadería tradicional. Además, es muy corta y debe de recurrir a la importación.