En Tenerife no se hace lo que se planifica y se vende lo que no se tiene. El Cabildo Insular aprobó el Plan Territorial Especial de Ordenación del Sistema Viario del Área Metropolitana de Tenerife, en julio de 2006, saliendo publicado en el Boletín Oficial de Canarias en febrero de 2007, comprendiendo la construcción de tres vías fundamentales, no sólo para la zona, sino para el desenvolvimiento adecuado del tráfico con el resto de la Isla, a saber, la Vía Exterior o de Circunvalación, la Vía de Cornisa y la Vía Litoral. Hace ya 13 años y no se ha hecho nada, en cambio, están hablando, hasta marear, del carril bus-VAO desde hace bastante tiempo y no tenemos ni proyecto, o también está pendiente de finalizar la Vía de Ronda, en la Ciudad de los Adelantados, que se quedó estancada en Las Canteras. Todo por hacer, nada por empezar.

Uniendo las ciudades de Santa Cruz de Tenerife y La Laguna se cuenta con una población de más de 350.000 habitantes, conformando la zona metropolitana de la Isla por excelencia, que aglutina la mayoría de los servicios administrativos, sanitarios, educacionales, deportivos, de ocio, culturales, económicos y de gestión pública. Es quizás de las pocas o única zona urbana del Estado con tal magnitud demográfica, que no cuenta con una vía de circunvalación, todo un despropósito. Ya desde hace décadas, pero ahora de manera apremiante, sobre todo, por la petición ciudadana, se tiene que posibilitar su puesta en funcionamiento, como única salida viable al colapso viario que se sufre diariamente en la TF-5, ya que su principal cometido sería conectar las autopistas del norte y del sur, con enlaces entre Los Rodeos-Radazul y servir de respiradero para la circulación en torno a la ciudad de Santa Cruz de Tenerife.

La masificación que están sufriendo las actuales carreteras en la Isla son consecuencia, a parte del aumento del parque móvil, principalmente, de la dejadez, inoperatividad e ineficiencia de la gestión pública sobre el particular. Llevamos mucho tiempo de retraso para la puesta en funcionamiento de aquellas vías estructurales que posibiliten después, la puesta en marcha de planes de movilidad, con especial repercusión del transporte público. Por lo tanto, las soluciones hay que buscarlas, proponerlas, proyectarlas, licitarlas, ejecutarlas y disfrutarlas. Es cuestión de valentía, sí, de valentía política, de hacer lo que toca en cada momento, sin despilfarrar tiempo, presupuestos y potencialidades.

La vía de circunvalación a la zona metropolitana forma parte del anillo insular, porque no sólo hay que cerrarlo por el suroeste, también por esta zona, por lo tanto, si no se acomete, estaremos siempre con una isla desvertebrada viariamente. Descartar esta posibilidad es aparcar la solución viable de futuro, aunque ya tendríamos que decir de presente, y seguir acrecentando el problema. Con 14,5 kilómetros de longitud, transcurriría desde Guamasa, Geneto, Los Baldíos, El Sobradillo, Llano del Moro, El Tablero para conectar cerca de Santa María del Mar. De esta manera no tendríamos que entrar en las dos ciudades cada vez que tengamos que hacer la conexión norte-sur o viceversa y Santa Cruz de Tenerife, se quedaría liberada de un trafico que la congestiona permanentemente. A estas alturas, si los políticos de Tenerife hubieran tenido contundencia, agallas y arrojo, ya estaría terminada. Decía Henry Miller que "nuestro destino de viaje nunca es un lugar, sino una nueva forma de ver las cosas", es decir, una transición hacia el progreso, que es planificar y ejecutar obras públicas para el bienestar de las personas.

*Presidente de Fepeco