Ayer fui a hacerme una revisión rutinaria al HUC, y alcé la vista para encontrarme con una valla en la que Antonio Alarcó daba las gracias a Tenerife, la Isla que lo ha hecho senador por el PP. Y no es para menos. Antonio sacó más votos personales que su propio partido en la Isla y en Canarias en general. El cirujano es toda una historia política a estudiar, tras ganar el Senado en la mejor época del triste Zapatero y ahora de Pedro Sánchez. Cuando las tendencias van en contra de la derecha, gana. Pero es que cuando las derechas se pelean entre ellas, como esta vez, gana también el puesto en el Senado. ¿Qué hace que Antonio Alarcó gane el Senado una vez tras otra? Hay quien dice que es el agradecimiento en votos de todos los pacientes que ha operado, pero personalmente creo que hay mucho más: formación, dedicación, obediencia al partido, lealtad. Antonio es un político atípico.

Su video subido en el caballito y oteando la vega lagunera, abducido por los recuerdos de la niñez, se ha hecho con una viralidad que supera los dos millones de visitas, amén de haber recorrido todos los programas nacionales de televisión, que contaban cómo los políticos canarios hacían campaña electoral, sin tener en cuenta que él ya tenía su escaño, y aquello, más que campaña, era filosofía de la vida y el cansancio. Él cuenta que no subió el vídeo, y que fue un militante de nuevas generaciones: mmmmm. En cualquier caso, y en la esquizofrénica campaña que realizan determinados candidatos, sea antes o después de unos comicios, a Alarcó todo le viene bien. Su don de la ubicuidad y su genética que desafía el infarto, han hecho de él un médico y un político de una primera fila a estudiar científicamente.

@JC_Alberto