A muchas personas les extrañará porqué los psicólogos insistimos tanto en la importancia de desarrollar y potenciar el sentido del humor. Y es que tener sentido del humor es una de las principales fortalezas del ser humano. El verdadero humor consiste en reírse de uno mismo, de cada caída, de cada error? ¿Cómo? Esforzándote en ver tu vida desde otra perspectiva, como si de una película se tratara.

Te parecerá una tontería, pero entrenar la mente, para poder practicar esto mismo que en psicología llamamos distancia emocional, es práctico, saludable y totalmente eficaz para poder mantener un buen ajuste emocional. Cuando conseguimos ver la vida con humor, utilizando la ironía, desdramatizamos muchísimas situaciones, que, sin humor, podrían ser motivo para desestabilizarnos.

El humor, y la risa que siempre le acompaña, aportan numerosos beneficios como sensaciones de alegría, bienestar y satisfacción, reducción del estrés, prevención de la depresión, tolerancia al dolor, activación del sistema inmunológico, mejoras en la motivación, la comunicación y relaciones sociales, y por si fuera poco, activa la parte creativa de nuestro cerebro poniendo en marcha nuestro ingenio, lo que también nos ayudará a afrontar las situaciones de diferente manera y a encontrar un abanico de alternativas ante la adversidad.

Es cierto que cuando las cosas no van bien, tener sentido de humor no soluciona el problema ni cambia la situación que tanto nos desagrada, pero podemos elegir sentirnos mucho mejor mientras hacemos lo posible para cambiarlas. El humor no cura, pero sí ayuda.

Tras una carcajada se activan las endorfinas, que son las llamadas hormonas de la felicidad. Hormonas responsables de aminorar el dolor. Un analgésico natural y encima ¡gratis!

1.- Olvida la rigidez: con ese pensamiento inflexible, hiperexigente y extremista de blanco o negro, sí o no, siempre o nunca, lo único que consigues es generarte dolor de manera gratuita y ser poco tolerante contigo mismo y con los demás. Utiliza el humor y permite que en tu vida existan una amplia gama de colores. No siempre las cosas salen como esperamos, e inicialmente es normal que aparezcan emociones tales como la tristeza, la rabia y la frustración cuando además hemos puesto todo nuestro esfuerzo por conseguir algo, pero con humor lo vives y gestionas de diferente manera.

2.- Corta con la timidez: Seguramente, en muchísimas ocasiones, el miedo a hacer el ridículo te impide sacar a relucir tu lado más cómico. Maldita manía la que tenemos de no cumplir con las expectativas que otros tienen de nosotros, llegando incluso a adoptar papeles secundarios en reuniones sociales por este motivo.

3.- Recuerda que no podemos elegir gran parte de lo que nos sucede, pero si la actitud que tomamos ante ello y la interpretación que le damos. Analiza las situaciones que tanto te preocupan y observarás que en la mayoría tendrás la opción de reírte de ellas, logrando así quitarles toda carga negativa y hacer que aparezca un efecto más positivo en ti.

El humor es el mejor compañero que podemos tener en nuestro crecimiento personal. Es como una inyección constante de energía que, en muchísimas ocasiones, nos dará fuerza para afrontar las dificultades y solucionar conflictos. El sentido del humor evitará que tu cuerpo esté en continua alerta, te protegerá del estrés y la tensión, y podrás analizar y decidir sobre determinadas situaciones desde la calma y con mayor eficacia. ¡Pongámoslo en práctica!

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