Los partidos representan intereses sociales, los revisten más o menos de ideas, suelen disponer de un programa y luego, en cada circunstancia, tienen un libreto. El libreto es lo que se supone que un partido hará en momentos concretos, por ejemplo, después de unas elecciones. Ahora bien, los libretos tienen que ver con las expectativas que el partido tenía cuando elaboró el libreto y lo mostró a los electores. Si esas expectativas se van al traste resulta bastante absurdo mantener el libreto tal cual, del mismo modo que es tonto mantener a todo trance el nivel de vida que uno tenía antes de caer a peor fortuna. En el pugilato político importa tanto tener cintura como el juego de pies para mantener el equilibrio, aunque sin bailar. Así que, señor Rivera, está bien que defienda el tono de la obra, pero si sigue con el recitado escrito cuando iba para rico se le acabará congelando la sonrisa.