Hay un dicho popular que reza que "el movimiento se demuestra andando" y que significa que las palabras nunca podrán sustituir a los hechos. En estos tiempos en los que la desinformación es cada vez más eficaz y que hablamos tanto de fake news o noticias falsas, la mejor garantía de veracidad es analizar cada situación a través de fuentes fiables. Ellas nos dirán si la realidad, siempre tozuda, está cambiando, y, por tanto, si estamos trabajando en la dirección correcta. Después de algo más de dos años al frente de la Consejería de Empleo, Políticas Sociales y Vivienda -probablemente el área más sensible del Gobierno-, sabemos que la pobreza descendió en 5 puntos en solo un año -lo refleja el último informe del Consejo Económico y Social (CES)- y que Canarias ha logrado salir de la lista de regiones europeas con más desempleo, según la agencia Eurostat.

Estas dos informaciones, publicadas por fuentes independientes y objetivas, demuestran que el trabajo que estamos haciendo tiene un efecto claro en la vida de las personas. En Canarias somos conscientes de la necesidad de que el ascensor social funcione mejor y de que nadie se quede en el camino. Los últimos informes que analizan el riesgo de pobreza en las Islas ya nos indicaban que Canarias estaba avanzando en la dirección correcta. Ahora, la agencia estadística comunitaria nos ha comunicado que el Archipiélago ha salido de la lista de regiones europeas con más desempleo. Estos datos no retratan una realidad idílica en una comunidad autónoma con los problemas estructurales de Canarias y con su infrafinanciación histórica, pero dejan constancia de que los pasos que se dan son los correctos. Nuestro Régimen Económico y Fiscal y nuestro Estatuto de Autonomía, cuyo cumplimiento estricto pelearemos en Madrid, nos permitirán seguir avanzando en este sentido.

El informe Arope, que habitualmente se usa para calibrar el riesgo de pobreza, hay que observarlo con cierta cautela. Para elaborar sus indicadores, este estudio emplea una media de ingresos entre todos los españoles. Sirve para establecer diferencias entre unos territorios y otros, pero tiene limitaciones. Si el análisis se hace solo teniendo en cuenta la media de ingresos de nuestra comunidad y no en todo el país, la situación cambia. Es decir, si medimos la incidencia de la pobreza solo en Canarias, el resultado es muy diferente. Y eso no es una ocurrencia, sino algo que de-talla el propio informe Arope, una publicación nada sospechosa de adulterar la realidad y que hay que tener en cuenta. Los autores de ese documento dicen textualmente que si usamos un umbral de renta regional, en vez del estatal, "las tasas de pobreza de Canarias son muy similares a la media nacional".

Así y todo, con los matices que esta metodología entraña, en Canarias, según la última edición de este informe, la tasa de riesgo de pobreza se redujo en 4,5 puntos porcentuales, y fue el mejor desempeño de todas las regiones, lo que nos llevó, incluso, a valores inferiores a los que registrábamos antes de la crisis. Todo esto tampoco son apreciaciones personales; lo especifica el documento.

El estudio apunta, también, el problema añadido al que se enfrenta la población mayor de nuestra tierra, cuyas rentas están casi totalmente determinadas por el importe de la pensión de que disponen. Muchos reciben una pensión cuyo importe es inferior al mínimo bajo el cual alguien es considerado pobre. No es casualidad que, por ese motivo, los nacionalistas canarios llevemos mucho tiempo reivindicando ante el Estado la necesidad urgente de que se actualicen las cuantías, especialmente las de las pensiones no contributivas, que tienen una presencia desorbitada en nuestra región.

Por su parte, el Consejo Económico y Social, en su informe de 2018, señaló que el riesgo de padecer pobreza en Canarias había descendido en cinco puntos entre 2016 y 2017. El estudio incluye datos de elaboración propia a través de la Encuesta de Condiciones de Vida del Instituto Nacional de Estadística (INE).

¿Significa todo esto que debemos dejar de hablar de pobreza? ¿Que no queda mucho camino por recorrer? Nada más lejos de la realidad. Hay que seguir peleando cada pequeña batalla. En primer lugar, continuando con el fomento de la formación, que es la vía más eficaz para conseguir empleo y vivir dignamente. Pero, al mismo tiempo, diversificando la economía, como ya se está haciendo, potenciando la industria cinematográfica o las energías renovables, y consolidando un sistema social más garantista, con la nueva Ley de Servicios Sociales que acabamos de aprobar, que no permita que, con crisis o sin ella, quien se caiga no tenga una red que lo recoja y lo ayude a levantarse. Luchar contra la desigualdad y la exclusión nos compete a todos, políticos y ciudadanos, y nos exige que estemos a la altura del reto: es el mayor que tenemos y del que dependen no unas elecciones, sino nuestro futuro como sociedad. Nosotros estamos comprometidos con ese cambio. No es una frase hecha, es una frase apoyada por muchos logros conseguidos en estos dos años.

*Consejera de Empleo, Políticas Sociales y Vivienda del Gobierno de Canarias