Tamara de la Rosa es una psicóloga con una vocación de ayuda al prójimo que rebosa allá por donde pasa. Tras vivir una experiencia, hace ya bastantes años, que como ella misma me contó en la radio fue el cruel pozo de la anorexia, hizo fortaleza de su debilidad y hoy es una de las profesionales más reconocidas a título personal y a través de la red de internautas, que son legión y la siguen a diario en sus post o en sus vídeos dirigidos a ayudar a quienes peor lo están pasando, asunto que hace basándose en tres pilares fundamentales: su formación académica, su experiencia en sus consultas y el que fue su hándicap, que antes comenté, y que con mucha seriedad, sufrimiento y tesón, superó para orgullo propio, de su familia y de sus amigos y pacientes sobre los que ahora vuelca su experiencia.

En este, su segundo trabajo, tras Reiníciate, de una manera muy fácil de digerir, Tamara nos invita a transitar nuestras emociones, a escuchar lo que nos están diciendo, aprender de ellas y recomponernos para ser más completos. La ansiedad, la desesperanza, la frustración, el fracaso o el desamor, son constantes del ser humano, que en este equivocado mundo, de poco para acá, nos quieren hacer creer que no deben existir y que todo debe ser una felicidad lineal en el tiempo. Tamara nos habla de cómo enfocar las emociones que no nos permiten la tranquilidad en la vida, que es, quizás la antesala de la felicidad, o la felicidad en sí misma. Les invito a adquirir un ejemplar porque lucha contra la banalización de la felicidad, y a lograr que nos sintamos humanos en un mundo en el que las emociones suelen dejarse de lado, cuando implican no el conocer el mundo, sino algo más importante: conocernos a nosotros mismos. Y todo ello con una facilidad de lectura que nos hará hasta sonreír, con el buen rollo que lo hace Tamara: enhorabuena.

@JC_Alberto