Cuanto menos resulta atrevido tratar de escribir la semblanza de una persona a la que se conoce hace apenas una docena de años. Sin embargo, ahora que el inspector de la Policía Local de Santa Cruz de Tenerife, Manuel de León Villalba ha emprendido la senda de la merecida jubilación ese atrevimiento me parece más que justificado.

Hoy viernes casi un centenar de sus compañeros y compañeras le brindaran un homenaje a Villalba por su labor como mando de esta Policía, lejos de focos y oficialismos, pero cerca de los sentimientos y el corazón de las decenas de agentes con los que ha compartido estos últimos 39 años de servicio.

Ser jefe no es fácil, pero el hecho de que todos con los que has lidiado en tareas laborales, a veces ingratas, otras ocasiones complicadas, quieran ahora agradecerte tu trabajo, templanza y ecuanimidad en el trato supone, sin lugar a dudas, un motivo para mirar por el retrovisor de la vida con orgullo.

El inspector Villalba llegó a la Policía Local, como tantos otros en busca de una salida laboral en el año 1980. Posteriormente este hombre, natural del pueblo de San Bartolomé, en Lanzarote, ascendió a cabo en 1986; a sargento en 1995 y en 2003 a las que han sido sus últimas responsabilidades.

Con mirada inteligente, media sonrisa y mucha paciencia ha capeado servicios y épocas muy difíciles en este cuerpo policial. Y lo ha hecho tratando de ser justo y apoyando a los policías cuando consideraba que debía hacerlo. En esa tesitura también desarrolló labores como sindicalista, de CCOO, alejándose del perfil burócrata que tanto practican algunos representantes de los trabajadores e implicándose en las reclamaciones que consideraba cabales.

Como avezado jugador de ajedrez, una de sus grandes aficiones junto con la literatura, Villalba estudia el tablero de manera natural; la disposición de las piezas; los sacrificios necesarios y piensa; muy por delante de la jugada, cómo llegar al objetivo o cómo firmar unas tablas si la cosa se pone fea. Dosificando firmeza y cariño, pero siempre sin estridencias, ha liderado a los grupos de trabajo con los que ha coincidido todos estos años.

Ahora que se quita el uniforme para tratar de disfrutar de su familia y su tiempo, este hombre reflexivo, muy celoso de su intimidad y comprometido con el servicio a la ciudadanía de Santa Cruz, seguirá con sus largos paseos caminando por la ciudad que le acogió y que, como suele decir él mismo, se lo dio todo.

Gracias

* Jefe de Prensa del Área de Seguridad Ciudadana, Vial y Movilidad Ayuntamiento de Santa Cruz de Tenerife