Nos dijeron que los diez diputados más que tendría Canarias no nos costarían ni un duro más. Nos engañaron. No sólo serán diez nuevos sueldos y dietas para sumar a los sesenta que ya teníamos, sino que las obras que necesita el Parlamento costarán más de tres millones de euros. Van a estar realmente apretujados. Como sardinas en lata. Y aunque alguno esté pensando en otro tipo de pescado, se equivoca: los besugos son los que pagan, no los que cobran. Para colmo, la famosa "lista regional", que iba a servir para visibilizar una Canarias distinta, se ha convertido en una pura excusa porque muchos líderes seguirán concurriendo a las elecciones al calorcito seguro de las listas insulares. Nos vendieron la burra de una candidatura para "hacer región" que al final se reducirá a crear diez nuevos escaños. Diez nuevos puestos a repartir. Que todo cambie para que todo siga igual. Pero más caro.