El lunes por la noche, a la misma hora que se celebraba el primer soso y aburrido debate electoral televisivo, la murga Zeta-Zetas peleaba por ir a la final del reality de Telecinco Got Talent. Mucha gente al observar el show desabrido de los candidatos decidió ver cómo se la jugaban delante de todo un país. Yo mismo, y no suelo consumir estos programas, me cambié. Y le echaron lo que hay que echarle.

Hace años me olvidé de las murgas. De niño hasta la madrugada los escuchaba en la radio, y de mayor tuve la gran suerte de presentar tres finales en la plaza de España. Al ver a Zeta-Zetas el lunes, el bicho me volvió a picar. Una puesta en escena brutal, sensibilidad pura. Dos minutos que emocionaron a España y al jurado. La promoción para Tenerife y Canarias fue espectacular. Están en la final.

Mientras los Zetas paseaban nuestro nombre por España, en el reality político el nombre de Canarias casi no salió. Solo para decir que Pablo Iglesias empuñó la bandera de las 7 estrellas verdes. No existimos. Silencio, mofa y ridículo. Y gracias a Zeta-Zetas. Con su tema sobre el terrible drama de los incendios, emocionaron e hicieron creer. Exactamente lo mismo que 4 elementos políticos, que quieren presidir un país, fueron incapaces de hacer. Y da igual lo que ocurra en la final. Estos pibes ya han hecho por esta tierra lo que tenían que hacer.

la chincheta