El apear a Vox de los debates televisivos anunciados por Atresmedia, por parte de la Junta Electoral Central, me da la impresión que favorecerá al partido de marras. En esta tierra somos mucho de alinearnos con el más débil, y si alguien de izquierdas nunca votará a Vox, del 40% de indecisos que nos cuentan que hay, de los que votan a la derecha, es posible que muchos se decanten por el partido de Santi Abascal. Quedan mal en este escenario Antena 3 y La Sexta, a los que se les presuponía haber consensuado el debate con los parabienes de la Junta Electoral, pero no. Cuando TVE parecía que iba a organizar un debate sesgado, existían razones de peso para llevarlo a cabo de esa manera, tantas, que no se puede llevar de otra. La denuncia de Coalición Canaria y del PNV que están representados en el Congreso, a diferencia de Vox, ha triunfado por lógica.

El que le tiene unas ganas a Santi Abascal es José María Aznar, que fue el líder del PP donde militó el tal Abascal, y que ahora el de extrema derecha llama derecha floja o derechita. Aznar, que es como si hubiese renacido, ha retado a Santi Abascal mirando a cámara a que se siente con él y si tiene lo que hay que tener, le hable a Aznar de que su partido (el PP) es la derecha floja o la derechita. A mí me encantaría, porque me gusta como Aznar le da caña a los extremos de izquierda o derechas. Y como tampoco me gustan los extremos, pues Aznar me anima cuando lo veo caliente y me pone su arrogancia. Me surge la duda de que haya un 40% por ciento de indecisos por mucho que lo diga Tezanos y su cocinado CIS. Ahora, el lío está en los partidos socialdemócratas, porque el socialismo de Sánchez no es el único (si lo es) socialdemócrata, hoy los partidos más centrados como el PP o Cs también entienden que si una base socialdemócrata, España se va al carajo.