La atleta bielorrusa Krystsina Tsimanouskaya está a camino de Viena en un vuelo que partió de Tokio y que la deportista tomó en lugar de poner rumbo a Varsovia, como había previsto inicialmente, según ha confirmado el Ministerio de Exteriores austríaco a la agencia local APA.

Con un visado humanitario para Polonia, Tsimanouskaya ha emprendido el viaje a Europa en el vuelo de la compañía austriaca Austrian Airlines (AUA) OS 052, cuyo aterrizaje en el Aeropuerto Internacional de Schwechat-Viena está anunciado en la web del aeródromo a las 14:57 hora local (12:57 GMT).

Según la radio pública austríaca ORF, el cambio del primer destino del viaje de la atleta de 24 años, que se había refugiado en la embajada de Polonia en la capital japonesa tras negarse a ser repatriada a la fuerza después de participar en los Juegos Olímpicos de Tokio 2020, se produjo a último momento por razones de seguridad.

Tsimanouskaya pidió protección a la policía del aeropuerto tokiota de Haneda el pasado lunes, cuando, según su versión, el comité bielorruso trataba de hacerla regresar a la fuerza a su país en lo que ella consideró un "secuestro", y desde entonces se encontraba refugiada en la Embajada de Polonia en Japón.

Polonia, que apoya a refugiados políticos bielorrusos y a la oposición democrática contra el régimen de Aleksander Lukashenko, fue el primero en ofrecerse a recibir a la atleta olímpica, mientras que el Comité Olímpico Internacional ha abierto una investigación para esclarecer el caso.

Los medios nipones informaron de que la deportista se había dirigido en la mañana de este miércoles al aeropuerto de Narita (Tokio) para embarcar en un vuelo hacia Polonia.

La atleta, que se ha distinguido por apoyar las protestas contra el régimen de Lukashenko y estar en contacto con la disidencia democrática de su país, temía sufrir represalias al regresar a Bielorrusia, según explicó en vídeos y mensajes difundidos por las redes sociales.

El primer ministro polaco, Mateusz Morawiecki, ha imputado a Bielorussia un "intento criminal de secuestro" de la velocista.

La velocista tenía previsto participar en la carrera de 200 metros del pasado lunes, pero tras quejarse de haber sido obligada por Minsk a competir en otra carrera, el pasado jueves fue acusada de carecer de "espíritu de equipo" y de haber perdido el "equilibrio psicológico y emocional", en la televisión pública de su país.

La deportista presentó el mismo lunes una solicitud urgente de medidas cautelares al Tribunal de Arbitaje Deportivo (TAS) para que anulase la decisión de su comité de no dejarla participar en la prueba clasificatoria de los 200 metros, que fue desestimada porque "la atleta no pudo probar su caso" para obtener la aplicación de dichas medidas, según ese organismo.