Todo ocurre demasiado rápido en la carrera de Pedri González López (Tegueste, 2001). A sus 18 años ya es una de las grandes sensaciones de la convocatoria nacional para los Juegos de Tokio. En total son 321 expedicionarios españoles, pero el nombre del tinerfeño llama la atención por sí solo. Porque viene de hacer una Eurocopa superlativa, porque ya todo el mundo le conoce y sorprende -a propios y extraños- su particular desafío contra la fatiga. Se ha quedado sin vacaciones por una dorada razón: la medalla de los campeones.

Esta temporada, Pedri no solo fue uno de los futbolistas del Barça con mayor cuota de minutos a las órdenes de Ronald Koeman; también un fijo para Luis Enrique en el reciente torneo continental que acabó para España en semifinales y ahora, un hombre (o niño, según se mire) llamado a ser relevante en los esquemas de Luis de la Fuente para firmar la primera gran gesta de una carrera que va para largo. El de Tegueste sueña con el oro de Tokio.

Para cuando el día de conocerse la convocatoria salió de la boca del seleccionador su nombre (Pedri, diminutivo como el Pedrito con el que conocimos a otro tinerfeño ilustre de cepa azulgrana) ya se había producido la definitiva conversación entre De la Fuente y el menudo talento forjado en el Juventud Laguna y la Unión Deportiva Las Palmas. Su respuesta al entrenador fue categórica: "sí, quiero ir a los Juegos". Le daban igual el cansancio, la fatiga mental o quedarse sin vacaciones. Pedri es un entusiasta de lo suyo y solo ansía jugar, competir, ganar.

El torneo olímpico (en este caso sub 24, porque por el aplazamiento del año pasado se ha extendido en uno la edad de los participantes) parte con España como una de las grandes favoritas. La selección de los Marco Asensio, Olmo, Cucurella, Mingueza y Puado ansía emular a la de Guardiola, Kiko Narváez y compañía en Barcelona 92. Aquel oro contra Polonia fue el primero de muchos éxitos para la mayoría de sus conquistadores, héroes en Montjuïc de una competición fabulosa el mismo día que Fermín Cacho se coronaba rey del 1.500 a solo unos kilómetros de distancia.

Pedri probablemente ni sepa quién fue Cacho y la gesta de los medallistas del 92 se la habrán contado en casa, donde se habla y se vive fútbol las 24 horas del día. El isleño ha tenido apenas dos semanas sueltas de vacaciones para disfrutarlas en Tenerife (la primera porque se la regaló el Barça antes del final de liga y la segunda después de la Eurocopa). Llega a Japón bajo una muy razonable promesa de Luis de la Fuente -"no haremos locuras", anticipa- y con la previsión de que puedan dosificarle como no lo hizo Luis Enrique en la Eurocopa.

Egipto, Australia y Argentina serán los primeros escollos antes de los partidos a cara o cruz. Los asiáticos, sin Salah porque no le dio permiso el Liverpool; los 'aussies', como teórico rival más débil de la primera fase; y la albiceleste, dispuesta a reproducir el éxito de sus mayores en la Copa América. Dos partidos en Sapporo y el tercero en Saitama. Luego, la previsión de que España se la jugará en los cruces contra Alemania o Brasil. Y ahí sí, el talento, el desparpajo y el hambre de Pedri se presumen fundamentales. "Míralo, ahí va un millonario y aún no lo sabe", dijo Pepe Mel del canario en una concentración en Marbella. Pues bien, el millonario quiere serlo en títulos. Y si es posible, empezar su colección de grandes trofeos con una medalla olímpica, además en el país de Oliver y Benji. Ha sido y es su dorada razón para quedarse sin vacaciones.