Crítica de series
'Sangre y dinero', gran apuesta de Filmin: a la caza de los timadores ecológicos
Xavier Giannoli, director de 'Las ilusiones perdidas', debuta en las series con este 'thriller' sobre la verdadera estafa del impuesto sobre el carbono

Vincent Lindon (Simon Weynachter) en una imagen de 'Sangre y dinero'.
Juan Manuel Freire
'Sangre y dinero (parte 1)'
Creador: Xavier Giannoli
Dirección: Xavier Giannoli y Frédéric Planchon
Reparto: Vincent Lindon, Ramzy Bedia, Niels Schneider
País: Francia
Duración: 50 min. aprox. (6 episodios)
Año: 2023
Género: 'Thriller' dramático
Estreno: 30 de enero de 2024 (Filmin)
★★★★
El cineasta francés Xavier Giannoli tiró de Balzac para su laureada (con toda razón) 'Las ilusiones perdidas', pero a menudo sus películas han tenido como base los titulares de prensa: recordemos 'Crónica de una mentira' (2009), sobre un verdadero estafador que se hizo pasar por jefe de obra de una autopista (y acabó construyéndola), o 'La aparición' (2018), en torno a una joven del sudeste de Francia que realmente afirmó haber visto a la virgen. También titulares, muchos titulares, ocupó la famosa estafa del impuesto sobre el carbono, con la que un grupo de maleantes logró embolsarse millones de euros entre 2008 y 2009.
Tomando como base un libro de investigación firmado por Fabrice Arfi, el director de 'Chanson d'amour' ha creado, coescrito y codirigido 'Sangre y dinero' (Filmin, seis episodios desde el martes, día 23; los otros seis, en marzo), más que interesante complemento de ficción para el documental de Netflix 'Los reyes de la estafa', de Guillaume Nicloux, compinche cinematográfico de Houellebecq en 'El secuestro de Michel Houellebecq' y 'Thalasso'; o revisión más compleja y realista de lo propuesto por el experto en 'policiers' Olivier Marchal en 2017 con la película 'Carbone', también inspirada en el mismo caso.
¿Pero en qué consistió ese Gran Golpe? Recordemos que en el intento de combatir el calentamiento global, Europa impuso un límite anual de emisiones de CO2 a las empresas más contaminantes. Para frustración de los ecologistas, si una compañía se veía obligada a superar dicho límite, siempre podía comprar a otra su derecho a contaminar.
En la serie vemos cómo un par de judíos tunecinos, los aquí llamados Fitous (Ramzy Bedia) y Bouli (David Ayala), astutos buscadores de oportunidades, se introdujeron en el mercado de las cuotas de carbono y se las ingeniaron para embolsarse, a través de la creación de empresas fantasma ecologistas, el IVA del 16,9% generado con cada transacción; un dineral robado al contribuyente, dado que el mercado de valores creado para la ocasión (bautizado en la serie como Overgreen) dependía de la Caja de Depósitos, el banco público de Francia. Para ello cuentan con el apoyo financiero de Jérôme Attias (Niels Schneider, en sustitución del previsto pero tristemente fallecido Gaspard Ulliel), un inversor chulesco, adicto al juego y a la velocidad, que debe mucho y, a la vez, no quiere deber nada a su acaudalado suegro askenazí.
El que fuera director del Servicio Nacional de Aduanas Judiciales, Simon Weynachter (un enorme Vincent Lindon, ya visto en territorio Giannoli en 'La aparición'), es el encargado de explicarnos esta enrevesada trama y su investigación mientras le interrogan en el marco de una investigación judicial. Es difícil no simpatizar con este hombre recto en un mundo torcido; su rabia contenida es la de cualquier espectador decente. Además de asimilar su viudedad y tratar en vano de acercarse a una hija toxicómana (Emilie, encarnada por Victoire Du Bois), ha de soportar el amargo espectáculo del ecologismo convertido en negocio, del capitalismo erigido en estadio último de la humanidad.
Giannoli puede capturar su melancolía como lo haría Michael Mann (es decir, colocando al insomne Weynachter frente a las luces de la ciudad), pero más a menudo, se deja impulsar por el brío del Scorsese más canónico (el de 'Uno de los nuestros' o 'Casino') para retratar un denso ecosistema de perdición que recorre desde las instancias más altas hasta el más crudo asfalto, y de París a Manila, pasando por Tel Aviv. Al modo de la también trotamundos 'Succession', la serie cuenta con un tema principal a medio caballo entre lo neoclásico y lo electrónico, obra del productor Rone, que se va repitiendo en muy diversas variaciones a lo largo de una acción absorbente. Grandes referentes traducidos en grandes resultados.
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