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TÓMATELO EN SERIE

'Tiempo de victoria: La dinastía de los Lakers', días dorados para el baloncesto y el exceso

Hablamos con los actores John C. Reilly y Quincy Isaiah, el antiguo dueño de los Lakers y el mítico Earvin 'Magic' Johnson en la serie producida por Adam McKay ('No mires arriba'), que se estrena el lunes en HBO Max

John C. Reilly (Jerry Buss) y Quincy Isaiah (Earvin ’Magic’ Johnson) en 'Tiempo de victoria'.

Si hubiera contado su historia de forma higiénica, 'Tiempo de victoria: La dinastía de los Lakers' (HBO Max, desde el lunes, día 7) ya habría sido una serie esperada y vista, pero lo que ha convertido este drama deportivo en una de las promesas de la temporada es su desmadre, más que evidente ya en un primer 'teaser' recibido por LeBron James con seis emoticonos de fuego. 

La serie tiene una base seria: las casi 500 páginas del 'best-seller' 'Showtime: Magic, Kareem, Riley and the Los Angeles Lakers dynasty', de Jeff Pearlman, curiosamente inédito en España, al contrario que su secuela, 'El circo de los tres anillos' (Córner), centrada en los Lakers de la era Bryant/O'Neal y que podría dar pie a la segunda temporada. Y a punto estuvo de ser una serie cien por cien seria, sincera: el guionista Jim Hecht se hizo con los derechos de 'Showtime' en 2014 para desarrollar una especie de 'Friday night lights' del baloncesto.

Pero el proyecto cogió vuelo al entrar en escena Adam McKay, director, productor y guionista conocido por (sublimes) comedias memas ('Hermanos por pelotas') y dramas satíricos ('La gran apuesta', 'No mires arriba'), pero no por sagas deportivas serias con héroes de mirada limpia y corazón lleno. Por supuesto, McKay se saltó la aprobación previa de la NBA, los Lakers y los antiguos jugadores del equipo (salvando el base Norm Nixon, cuyo hijo DeVaughn le interpreta) para contar esta historia de hombres imperfectos y jugadores únicos, canastas improbables y accidentes aún más extraños, éxito y exceso.

Los milagros del sexo y el baloncesto 

'Tiempo de victoria' arranca en 1979, cuando el químico e inversor Jerry Buss (John C. Reilly) compró a un empresario canadiense los Lakers, el equipo de hockey Kings, el estadio The Forum y un enorme rancho, todo ello por la discreta suma de 67,5 millones de dólares. Fue ese mismo año cuando el club eligió a Earvin 'Magic' Johnson (Quincy Isaiah) en la primera ronda del 'draft'. El resto, como suele decirse, es historia. 

Conocemos a Buss mientras despierta de una noche ajetreada en la Mansión Playboy de Los Ángeles. "Si hay dos cosas en este mundo que me hagan creer en Dios, son el sexo y el baloncesto", nos asegura en voz en off. En este simple momento se demarca el tono de la serie, más cerca del delirio californiano de 'Boogie nights' que de 'Friday night lights'. "Pero lo más loco es que aquí todo es real", afirma John C. Reilly en videollamada exclusiva con este diario. "Bueno, supongo que deben haberse tomado licencias poéticas, pero yo lo acepté todo como un hecho histórico [ríe]. Saber que Buss existió y que su familia sigue ahí añade, creo, mucha fuerza emocional a la historia". 

Un Magic revelación 

Al novato Quincy Isaiah le ha tocado el desafío de interpretar (en su primer papel importante, además) a una adorada leyenda del deporte en una serie evento de HBO. ¿Algo difícil, muy difícil o extremadamente difícil? "Tenía la ventaja de conocer el baloncesto", nos explica. "Aunque no había jugado desde sexto curso –después me pasé al fútbol americano–, siempre fue mi deporte favorito y lo primero a lo que me quise dedicar. Me resulta alucinante haber acabado casi debutando como actor en el papel de Magic. Era un desafío, pero encontré que tenía puntos en común con él: yo también me he mudado con veintipocos de Michigan a Los Ángeles y provengo de una familia humilde".

A la hora de dar forma al mito, Isaiah prefería la idea de "capturar el espíritu" antes que hacer una trabajada imitación. "Calqué algunos gestos, claro, pero quería que todo surgiese de forma natural". Incluso a la hora de jugar, lo importante era el espíritu: "De ahí viene toda su chulería. Puedes hacer movimientos clavados a los suyos, pero si no capturas el espíritu, todo resultará de una vacuidad total". Solomon Hughes (antiguo Harlem Globetrotter) convence también como el no menos carismático Kareem Abdul-Jabbar, al que vemos incluso en el rodaje de 'Aterriza como puedas'; secuencia con triple cameo inesperado.

Abrazando el caos

El apabullante reparto de 'Tiempo de victoria' incluye, además, a Sally Field como Jessie, madre soltera de Jerry, gran influencia en su vida; Adrien Brody como el legendario entrenador Pat Riley; Hadley Robinson como Jeanie Buss, hija de Jerry y actual jefa de los Lakers, o Michael Chiklis como Red Auerbach, el entrenador, manager y finalmente presidente de los Celtics. "Chiklis es un tipo intenso para trabajar", dice Reilly. "Nuestros personajes se odian tanto entre ellos que no puedo decir que resultara divertido. Era intimidatorio. Michael es una persona que intimida", dice entre risas, pero risas pequeñas. También abruma Jason Clarke como Jerry West, escolta y (por poco tiempo) entrenador de los Lakers.

Antiguo miembro de la 'troupe' improvisatoria The Second City, McKay es un director conocido por dar suma libertad a sus actores. Y en 'Tiempo de victoria' siguió ofreciéndola: podían cambiar sus líneas o hablar a cámara incluso más de lo que pedían los irónicos guiones del 'showrunner' Max Borenstein y su equipo. Nos cuenta Reilly: "Igual que en 'Pasado de vueltas', 'Hermanos por pelotas' y otras cosas que hemos hecho juntos, me hizo sentir como si el guion fuera algo secundario. Mientras consigas lo que sea que necesite la escena, todo lo que hagas está bien. McKay no tiene miedo a lo desconocido". 'Tiempo de victoria' es tiempo de (a menudo, la mar de gozoso) caos.

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