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'Pasión de Gavilanes 2': nostalgia adictiva para 'millennials'

El culebrón colombiano, que emite Telecinco, forma parte de la educación sentimental de los nacidos en los 90

'Pasión de Gavilanes'.

"¿Quién es ese hombre, que me mira y me desnuda?", cantaba una voz al ritmo de una cumbia. Acto seguido, torsos sudados, camisetas de tirantes ajustadas alrededor de brazos escultóricos y escotes despampanantes invadían la pantalla. Tras ese desfile de bellezas heteronormativas, sonaba el mítico "soy su mujer", que cerraba el 'opening' de la que fue una de las telenovelas latinoamericanas más exitosas importadas a nuestro país: 'Pasión de Gavilanes'. 

Sonó por primera vez en 2005, con el estreno de su primera temporada en Antena 3. Y volvió a sonar este pasado miércoles, cuando Telecinco emitió los dos primeros episodios de la segunda temporada, 'reboot' de la serie original, que esta vez pone el foco en los hijos de los anteriores protagonistas.

La receta del reencuentro es la misma: líos familiares, embrollos románticos y, de nuevo, un asesinato. Un cóctel que pretende volver a despertar las mismas pasiones que hace 16 años, cuando se convirtió en un fenómeno de masas cuyo impacto cultural es innegable: solo en su primera emisión consiguió picos de más del 30% del 'share' en horario de sobremesa (logrando récords para esa franja). Y su final, emitido en 'prime time', concluyó con una audiencia de 5,2 millones de espectadores. Desde entonces, se ha ido reponiendo entera varias veces, siempre cosechando buenos resultados.

18,7% de ‘share’

Su vuelta a la parrilla televisiva ha sido bien recibida por el público, anotándose un 16% y 18,7% de 'share' en el doble estreno. Aun así es, previsiblemente, una cifra más modesta de lo que esperaba Telecinco, que vio el retorno de esta telenovela como una apuesta estratégica para frenar su tendencia negativa en las audiencias, que llevan superadas durante varios meses consecutivos por Antena 3 y que, ni volviendo a los 'realities' de gente anónima, como es el caso de 'Secret Story: La casa de los secretos' han logrado revertir.

Como cuenta la periodista especializada en televisión Laura Pérez, Atresmedia consideró imposible rentabilizar los 10 millones de dólares que costaban los derechos de emisión. Sin embargo, Mediaset vio "la oportunidad de hacerse con un formato de rendimiento ya probado en nuestro país, que sumado al componente nostálgico tiene potencial para ser el éxito que la cadena busca y necesita para reflotar sus audiencias".

Con la adquisición del 'reboot' de 'Pasión de Gavilanes', Mediaset jugaba con una última baza que ya conoce muy bien: la de las telenovelas, en cuyo campo tiene amplia experiencia gracias a los seriales turcos que florecen en Divinity con una fiel masa de espectadores.

"La apuesta de Mediaset por la –carísima– telenovela latinoamericana en pleno auge del audiovisual turco parece arriesgada"

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Como explica el analista Álvaro de Argüelles, "las series turcas causan furor en la televisión española", superando diariamente el millón de espectadores. Estas telenovelas cogen el relevo de los seriales latinoamericanos, que durante años tuvieron indisputadas las sobremesas. Ahora, las 'dizi, "como se llaman en turco", incluso han llegado a América Latina, convirtiéndose Argentina y México en los máximos importadores. 

Por eso, la decisión de Mediaset por apostar por una –carísima– telenovela latinoamericana en pleno auge del audiovisual turco parece demasiado arriesgada. Tan arriesgada, que ni Atresmedia sucumbió a la oferta del esperado 'reboot'. No obstante, como indica Pérez, el as en la manga de la cadena, y el factor por el cual han decidido desafiar la hegemonía de Turquía, es la nostalgia. 

Engranaje de la infancia

Después del bombazo de 2005, los protagonistas llenaron portadas de revistas, programas del corazón y carpetas de adolescentes. Su éxito fue tal que hasta saltaron el charco y llegaron a protagonizar series en España. Incluso los 'influencers' 'millennials', aquellos que vivieron en su máximo apogeo el fenómeno de esta telenovela, la siguen recordando como uno de los engranajes culturales de su infancia. "'Pasión de Gavilanes' fue mi escuela", bromeaba en sus redes la 'influencer' María Herrejón, una de las muchas fans que, más de 15 años después de su final, sigue recordándola en sus vídeos. 

El 'reboot' no cae en el 'wokefishing', el hacer más progre ese contenido que pecaba de machismo y racismo en los 2000

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Y no es de extrañar que cayera un 'reboot' de 'Pasión de Gavilanes', especialmente viendo que vivimos en plena fiebre por resucitar los grandes éxitos audiovisuales a través de este método que, como detalla el periodista Juan Sanguino, "es lo mismo que un 'remake', pero pretende fabricar secuelas. El mínimo esfuerzo, con el triple de beneficios". Era inevitable: ya habían sucumbido otras series de la misma época, como 'Embrujadas', 'Gossip Girl' o 'Física o Química'. La telenovela con más éxito de los 2000 no iba a ser una excepción.

Pero si algo distingue este 'reboot' de muchos de los otros que han desfilado por nuestras pantallas es que, como lo define la crítica Emma Grey Ellis, no cae en el 'wokefishing', el hacer más progre ese contenido que pecaba de machismos, racismos y esa larga lista de ismos que definieron los 2000. En este 'reboot' no hay intención de ser más feministas, ni tan siquiera de ser más inclusivos. Aquí se apuesta por lo mismo: pasión, drama, amoríos, planos larguísimos de cachas a caballo y besos más largos que los propios diálogos. Y quizá, por eso, triunfará donde tantos otros 'reboots' están fallando.

‘Fiera inquieta’, la pegadiza canción de la serie

A principios de siglo XXI , no hubo paisano que desconociera el estribillo de ‘Pasión de gavilanes’: "Quién es ese hooombre / que me mira y me desnudaaa. / Una fiera inquieta, que me da mil vueltas / y me hace temblar, pero me hace sentir mujeeer". La letra tiene ingredientes de himno heteropatriarcal, aunque su autor, Nicolás Uribe, corrió a dejar sentada su filosofía: "En muchas canciones los hombres dicen ‘yo soy el rey, yo soy el duro’, pero yo quería ‘voltear’ eso y que la mujer dijera ‘yo soy la dura’". Como fuere, el tema, interpretado por la hasta entonces desconocida cantante colombiana Ángela María Forero, mantuvo la banda sonora en el número uno de las listas de éxitos durante seis semanas.

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