El 13 de mayo a las 21:00 horas dará comienzo la gran final de Eurovisión 2023, con la sueca Loreen como favorita con su 'Taboo' y con la ilicitana Blanca Paloma como una de las intérpretes destacadas en las apuestas. Precisamente el año anterior otra española, Chanel, tuvo una actuación magnífica terminando como tercera en el festival, por detrás de la indiscutible Ucrania y a apenas 7 puntos del segundo puesto, que terminó asegurando Reino Unido por 466 puntos por los 459 de la hispano-cubana. Sin embargo, ese resultado no estuvo libre de dudas, ya que hubo irregularidades en las votaciones de varios países. Y esa no es la única situación polémica que ha vivido el festival en su prolongada historia.

2022

En 2022 hubo dos momentos llamativos. El primero fue el supuesto saludo nazi que habría hecho el cantante del grupo ucraniano que se alzó con la victoria, Kalush Orchestra. Sin embargo, el que más dolió en España fue el segundo. Azerbaiyán, Georgia, San Marino, Rumanía, Polonia y Montenegro se quejaron de que sus votos se habían modificado, y algunos de ellos, como Rumanía, criticaron que ni siquiera les dejaron dar sus puntos en directo y fue el presentador el que los hizo públicos. La portavoz de Azerbaiyán, Narmin Salmanova, relató que su país iba a darle 12 puntos a Ucrania, no a Reino Unido como finalmente sucedió. La organización lo justificó asegurando que se habían encontrado patrones de voto irregulares por parte de esos países, y que, por tanto, los puntos se habían entregado siguiendo un cálculo para obtener "un resultado agregado sustituto para cada país afectado".

2021

Las ediciones más modernas han sido consistentes en sus momentos polémicos. En el caso de 2021 la alarma saltó cuando, a través de las cámaras de televisión, se pudo ver cómo el cantante del grupo ganador, Damiano David de Maneskin, hacía un gesto antinatural en el que se agachaba a la altura de la mesa junto a la que estaban sentados, algo que muchos espectadores interpretaron como un consumo de droga en directo. El artista lo desmintió e incluso se sometió a un test de drogas, en el que dio negativo.

2019

Ucrania y Eurovisión llevan ya unos años formando una pareja en la que saltan chispas por distintos motivos. En 2019 el país eslavo decidió que su representante sería Maruv con su 'Siren Song', que había ganado el concurso nacional. Sin embargo, no llegaron a actuar: la cadena ucraniana las despidió porque se negaron a firmar un contrato que estipulaba que no podrían actuar en Rusia. Y, cuando el grupo que había quedado en segunda posición también rechazó sustituir a Maruv, Ucrania se vio obligada a retirarse de la competición.

2013

A la finlandesa Krista Siegfrieds no le debía hacer demasiada gracia que en su país no fuera legal el matrimonio homosexual, así que, como forma de protesta, decidió besar a una de sus bailarinas durante su actuación en la edición de 2013 en Suecia. El resultado fue que países como China censuraron ese momento, y otros, como Turquía, directamente decidieron no emitir ni las semifinales ni la final. Eso sí, el momento polémico no le sirvió a Krista para obtener un gran resultado: quedó vigésimo cuarta con 13 puntos.

Espontáneos

El afán de protagonismo de algunos los ha llevado a saltar al escenario durante el festival. En 2017 un hombre se bajó los pantalones e hizo un 'calvo' mientras la ucraniana Jamala cantaba la canción con la que había ganado la edición anterior. Un año después, en 2018, otro espontáneo subió al escenario mientras la británica SuRie interpretaba 'Storm' y le quitó el micrófono. La organización ofreció a la representante de Reino Unido repetir la actuación, pero la delegación británica lo rechazó. Y unos años antes, en 2010, fue el español Daniel Diges el que tuvo que aguantar cómo un hombre se colaba entre sus bailarines y se quedaba en el escenario durante unos 20 segundos antes de que el equipo de seguridad lo echara. Eso sí, mantuvo la sangre fría y continuó cantando. El espectáculo debe continuar.