'laSexta noche' inicia este sábado, 11 de septiembre, una nueva etapa en la cadena de Atresmedia. Tras la salida de Iñaki López, que desde el pasado lunes conduce junto a Cristina Pardo el renovado 'Más vale tarde' en la franja vespertina, José Yélamo da el salto al prime time para ponerse al frente del emblemático espacio de actualidad y debate. Esta es la principal novedad del programa en su décima temporada, que seguirá contando con Verónica Sanz como copresentadora.

Coincidiendo con su debut a los mandos de 'laSexta noche', YOTELE ha charlado con Yélamo sobre su nuevo proyecto en la cadena verde tras más de nueve años formando parte del equipo de 'Más vale tarde'. Un premio no solo a su trayectoria sino "al trabajo de toda la redacción", tal y como él mismo nos cuenta.

-Saltas de las tardes de laSexta a la franja de prime time. ¿Cómo afrontas esta nueva etapa en la cadena?

-Con mucha ilusión, muchas ganas e impaciencia de que llegue el sábado. Las semanas se me han pasado muy lentas desde que me dieron la noticia. Me produce satisfacción que laSexta siga apostando por la cantera, es un premio no a mi trayectoria sino al trabajo de toda la redacción de informativos. Hay mucho esfuerzo anónimo detrás. 

-¿Habrá novedades en cuanto a contenidos y estructura o se mantendrá la misma línea del programa?

-La gente tiene muy interiorizado que, si pasa algo, ahí estará laSexta. 'laSexta noche' es actualidad, realidad, información y análisis. No queremos darle la vuelta a lo que le caracteriza, creo que sería un error. El espectador encontrará el formato reconocible de los últimos nueve años, que también ha evolucionado mucho a través de todo este tiempo. Habrá novedades, alguna cara nueva, y le daremos una vuelta al formato de la entrevista, pero el espectador va a encontrar el programa al que se engancha cada sábado.

-¿Cómo te llegó la propuesta para presentar 'laSexta noche'?

-Cuando Ferreras me dijo que iba a presentar 'laSexta noche' no me lo estaba sugiriendo, me lo estaba comunicando (risas). Bromas aparte, me lo comunicó porque sabía que iba a decir que sí. Es un formato donde voy a poder desarrollar nuevos registros y es un caramelo.

-'laSexta noche' ya es una marca reconocida por los espectadores. ¿Sientes presión por mantener o incluso mejorar sus audiencias?

-La presión de las audiencias siempre está en una televisión privada. Quien diga que no, miente. Pero es algo que no está sobre mis hombros, llevo muchos años en un programa diario donde el dato te machaca o te encumbra todos los días. Personalmente no sufro mucho con eso. Vivimos de la actualidad y entendemos que, cuando está más relajada, la gente demanda menos información. Sabemos a lo que nos dedicamos y no podemos pretender ser otra cosa aunque las audiencias, en una época determinada, no respondan igual de bien. Lo que me preocupa es hacer un trabajo de la forma más honesta posible. 

-Los debates de 'laSexta noche' son muy acalorados en muchas ocasiones... ¿Te veremos sacando tu carácter para poner orden en plató?

-Creo que, en general, soy una persona con bastante mano izquierda. Además, tengo una relación de cierto afecto con los tertulianos porque nos conocemos todos desde hace muchos años. Es cierto que no he coincidido con ellos en ese contexto de prime time, donde están todos juntos y donde el tono se eleva. Voy a tener que desenvolverme en algunos momentos que sean más tensos de lo normal, pero confío en que se porten bien conmigo y en mi capacidad para domar a las fieras. 

-Durante los últimos años has compaginado tus funciones en plató con tu trabajo como reportero... ¿Echarás de menos esta faceta?

-Sí, claro que lo voy a echar de menos. Siempre digo que cada cosa tiene su parte adictiva, y no hay nada más adictivo que ir donde están ocurriendo las cosas para contarlas desde allí. Cuando uno toca, huele y siente lo que está contando, es una experiencia más vibrante. Lo echaré de menos, pero quién sabe, a lo mejor en algún momento salgo de plató. Confío en poder seguir pisando algo de calle con este formato porque, por ejemplo, Iñaki también hacía entrevistas fuera de plató. 

-Tomás el relevo de Iñaki López. ¿Os habéis dado consejos mutuos por este intercambio de programas?

-Le he dicho que no sabe lo que se le viene encima. Ahora se va a enterar de lo que es currar de verdad en un programa diario como 'Más vale tarde' (risas). Hacer tres horas diarias de directo, de lunes a viernes, es muy exigente. Lo va a hacer muy bien, pero como le digo yo en broma, se le acabó la buena vida. Él me ha dicho que sea yo mismo y que tenga mano izquierda en los momentos más complicados. 

-¿A quién te gustaría entrevistar o llevar como invitado al plató de 'laSexta Noche'? 

-Me gustaría poder contar que por fin hay una vacuna que también impida el contagio. Ese será de verdad el final de la pandemia. Ojalá esa vacuna pueda llegar además a todos los países donde no se está vacunando y donde la población sigue muriendo porque no tiene recursos. Por tanto, y ojalá sea la vacuna española, me gustaría entrevistar a un científico o científica del CSIC para que anuncie que ya está disponible. 

-Has estado nueve años en 'Más vale tarde' y en todo este tiempo han ocurrido todo tipo de acontecimientos. ¿Recuerdas cuál ha sido tu tarde más complicada?

-Echando la vista atrás, pasé momentos un poco difíciles durante el referéndum del 1-O en Catalunya. Hubo momentos de tensión, los ánimos estaban caldeados. Con el paso del tiempo lo recuerdo como un privilegio por haber sido testigo de un acontecimiento que forma parte de la historia de España, de haberlo vivido en primera persona, pero reconozco que tanto yo como mis compañeros técnicos y de otros medios llegamos a vivir momentos complejos para desarrollar nuestro trabajo. 

-¿Estás preparado ante las posibles críticas o prefieres no prestarles demasiada atención?

-Si tuviera miedo no me dedicaría a esto, pero si te dijera que no me afectan las críticas estaría mintiendo. Mi estrategia va a ser relativizarlo y hacer caso a las críticas de la gente que se dedica a esto, de la gente que me quiere y de mis referentes personales y profesionales. En las redes sociales sabemos que hay mucho odio. Te aseguro que, desde que abra la boca el sábado, me van a poner verde y me van a machacar. Cuento con ello (risas), intentaré leer lo mínimo y sobrevivir como pueda.

-Vivimos momentos de mucha crispación y los discursos de odio están a la orden del día. Muchas personas no entienden que se de voz a la ultraderecha en los platós. ¿Qué opinas de esto?

-Este es un debate periodístico muy profundo que no solo se tiene en nuestro país. También se ha planteado con anterioridad en Francia, por ejemplo. Jacques Chirac, presidente de la República Francesa en los 90, decidió no sentarse con la ultraderecha. Esa estrategia no le funcionó, porque creció tanto que hoy en día el Frente Nacional de Jean-Marie Le Pen es la segunda fuerza. Algo parecido ocurrió en Estados Unidos y al final Donald Trump consiguió ganar las elecciones. 

Es muy complejo. ¿Les sientas, les das voz y confrontas con ellos dando datos y argumentos? ¿O les vetas? No tengo respuesta para ello, pero sé que el periodismo salva. Ahora que hay tanto ruido, tanta desinformación en redes, una información plural y rigurosa es el salvavidas de la sociedad para poder saber qué está ocurriendo y decidir. 

-¿Cuál es la clave para que laSexta se haya convertido en un referente informativo?

Creo que la clave está en que el espectador sabe que es la única cadena que está desde las 07:30 de la mañana hasta la noche en directo permanente. Sabe que si ocurre algo, ya sea un terremoto, unas inundaciones o la dimisión de un presidente, nosotros vamos a estar ahí para contarlo. Hemos seguido la estela de lo que tradicionalmente era la radio. La inmediatez en televisión, que es más difícil por temas técnicos, es lo que ha convertido a laSexta en un referente. 

-Si nos fijamos en las audiencias, parece estar ocurriendo lo contrario en TVE, donde trabajaste durante varios años como reportero. ¿Qué esta fallando en la televisión pública?

-Poder llevar durante cinco años el micrófono de TVE fue una experiencia maravillosa, un privilegio y un orgullo. Me parece que las televisiones públicas tienen un problema, que son los políticos que ponen sus zarpas sobre ellas. Son necesarias, pero las instrumentalizan de una manera absolutamente vil y sin escrúpulos. El último ejemplo es Telemadrid. 

El problema de esto es que además de desprestigiarlas, le da la razón a esas fuerzas políticas populistas que dicen que hay que acabar con las televisiones públicas que forman parte de la identidad de un territorio. Lo vertebran desde el punto de vista lingüístico, cultural, identitario... Esa es la función que tienen que tener, siguiendo un ejemplo como la BBC de Reino Unido.