En cada capítulo de la serie “Rocío Carrasco: contar la verdad para seguir viva”, el nombre de un zamorano encabeza los créditos como “ideólogo” del formato televisivo que ha generado la mayor repercusión mediática de los últimos tiempos. Tras años en el que el habitual en las tertulias televisivas era el exmarido de la conocida como Rociíto, la hija de Rocío Jurado y Pedro Carrasco ha arrasado en audiencia y levantado una auténtica polvareda con sus confesiones en las que acusa de maltrato a su ex, Antonio David Flores, incluso a pesar de que la Justicia no le haya dado, hasta ahora, la razón.

La confesión a tumba abierta, en un cuidado plató “desnudo” de otra nota de color que el fucsia del traje de la protagonista, despertó la solidaridad de extremo a extremo de la vida pública española. Si la ministra de IgualdadIrene Montero, de Podemos, corrió a defenderla en las redes sociales y salió a relucir el hastag en Twitter #Rocío, Yo sí te creo, la líder de VoxRocío Monasterio mostró también su solidaridad y hasta el exministro del Interior José Luis Corcuera se ha pronunciado, en su caso, en contra de la miniserie como argumentario válido en la denuncia de la violencia de género. Pese a que la emisión del primer capítulo elevara un 42% las consultas al teléfono 016, habilitado para las víctimas de violencia machista.

Trayectoria profesional de Adrián Madrid

“Rocío Carrasco: contar la verdad para seguir viva” es el último hito televisivo de Adrián Madrid. Y no el único, porque su trayectoria profesional va asociada a toda una revolución en la conocida como “prensa del corazón” que ya dura dos décadas. La polémica y millonaria audiencia (y consecuentemente, el negocio), que generan todos los programas que llevan su sello, contrasta con la discreción absoluta de Adrián Madrid, nacido en la capital en 1970, el pequeño de cinco hermanos de una familia zamorana más que conocida. Su padre, Demetrio, fue el primer presidente de Castilla y León.

Adrián elegiría una carrera, sin embargo, alejada de la política. Estudió periodismo en la Universidad Pontificia de Salamanca y en sus primeros inicios llegó a trabajar de la mano de Julia Otero, cuando el programa radiofónico de la periodista gallega en Onda Cero se emitía en horario nocturno. También pasó por Canal Nou, Telemadrid, Televisión Española y Antena 3.

El despegue definitivo se produce en 2002, como creador y codirector de un programa que rompería todos los esquemas manejados hasta entonces en la “prensa rosa”: ·"Aquí hay tomate". La fórmula añadía, humor, ironía y un poco de mala leche en una coctelera que se convirtió en referente y éxito inmediato. Cuatro años más tarde crea junto a su amigo y socio Óscar Cornejo, su propia productora: La Fábrica de la Tele. O quizá resultaría más acertado decir la fábrica de Telecinco, puesto que a ellos se deben los programas de mayor audiencia y que más tiempo ocupan en la parrilla del “canal amigo” como los archiconocidos Sálvame, Deluxe o Todo es mentira. Entre ambos han creado más de cuarenta formatos y la cadena de Paolo Vasile se nutre del directo de la productora 28 horas a la semana. A ellas hay que sumar la habitual “retroalimentación” con los comentarios a los ecos de sus programas en otros de Mediaset, comenzando por el magazín de Ana Rosa Quintana.

Alérgico a las entrevistas y a las apariciones públicas, conserva su núcleo de amigos y sus raíces familiares con un fuerte arraigo en la tierra que lo vio nacer. Cuando se le propone una entrevista, desvía a las notas oficiales como la emitida hace un par de semanas, con la que se pretendía cortar el rumor de que la hija de Rocío Jurado había cobrado en torno a dos millones de euros por contar su vida íntima ante las cámaras.

Éxito de audiencia

Tras batir, de nuevo, el récord de audiencia este pasado miércoles, Madrid y Telecinco se apuntan doble éxito, ya que la miniserie, estrenada en domingo, se cambió de día de emisión y compite con otro culebrón, ficción, en este caso, la serie turca “Mujer”, en Antena 3, que mantenía el liderato hasta ahora. Y promete tener clavado al público de nuevo la semana que viene: Rocío Carrasco anunció en los prolegómenos del último programa que hará un parón en la emisión basada en su vida real, que La Fábrica grabó durante 60 horas para acabar troceándolo en 12 capítulos. Y ese paréntesis supondrá sentarse en directo en el plató de Telecinco para contestar a las “dudas” y cuestiones que lo relatado hasta ahora haya podido generar en otros medios y entre los espectadores. Las dudas y cuestiones sobre cómo fabricar un éxito televisivo las podría contestar un zamorano, si no fuera porque hace gala del carácter reservado de su tierra y prefiere mantenerse en segundo plano.