Rocío Flores no ha podido guardar silencio cuando se le ha preguntado por la relación con su madre y Fidel Albiac. Tras años sin hablarse, la nieta de Rocío Jurado ha dejado muy claro en el plató de Gran Hermano VIP que ella tiene la conciencia muy tranquila: "¡Qué lástima! Yo tengo mi conciencia muy tranquila, ella no lo sé". Y es que Rocío llamó a su madre, recibiendo una respuesta que no le gustó nada: "Sí me cogió el teléfono, pero vino a decir 'Hasta luego, Mari Carmen'". Además, la hija de Antonio David Flores mantiene que su madre debería haberles invitado tanto a ella como a su hermano a su boda con Fidel: "No hubiera estado mal la invitación, por cortesía, pero la boda sería lo de menos, han sido 17 años de mi vida".

También defendió a su padre de las críticas que tiene por contar cómo es su relación con la madre de sus hijos: "Me guste o no me guste, es una relación pública. Cuando habla dice verdades como puños", y añadió: "Si yo no supiera como es mi padre, el padre que tengo y la persona que es, te garantizo al cien por cien que yo no estaría aquí sentada y lo estoy con la cabeza bien alta porque no dice ni una sola mentira".

Una relación madre e hija rota que le ha llevado a requerir ayuda psicológica: "Llevo mucho tiempo ya asimilándolo, tuve ayuda en su momento y luego no quise retomarla, pero no lo descarto, creo que me vendría bien". Una falta de comunicación de la que, en parte, culpabiliza al marido de su madre. Aún así, para Rocío la mayor responsable de toda esta situación es Rociíto: "Al fin y al cabo él no es mi madre".