Laura Docampo

El Parque Rural de Anaga registra cada año miles de visitas. La mayoría de los visitantes se adentran en él por su vertiente lagunera, por Las Mercedes. De ellos, una gran parte entran en el centro de visitantes de Cruz del Carmen para pedir información y asesoramiento sobre los senderos. Y casi todos demandan los mismo:una ruta corta, que no tenga mucha dificultad, en la que haya algo interesante para ver. La respuesta es la Hija Cambada.

El sendero de la Hija Cambada comienza muy cerca del centro de visitantes y se adentra en el monte en un recorrido de 750 metros, sin grandes desniveles, que puede hacerse cómodamente en unos 45 minutos. La ruta toma el nombre de un curioso árbol que crece en la zona que tiene una capacidad de supervivencia tal, que incluso puede brotar y echar nuevas raíces si el viento lo tuerce o lo tumba.

Durante el recorrido, es fácil divisar ejemplares de este peculiar espécimen entre las distintas variedades vegetales que forman el monte de laurisilva. Casi todos están torcidos o en el suelo. De hecho, uno de los más grandes que habitan este rincón de Anaga cayó con los vientos huracanados de la tormenta Delta y ahora puede verse atravesado en el sendero con multitud de brotes verdes que crecen a lo largo del tronco.

Mayca Coello, directora del Parque Rural de Anaga, asegura que "hay senderos para satisfacer todas las demandas". "Hay quien viene y nos pide un itinerario largo de cuatro o cinco horas, pero es cierto que son los menos. Lo que quieren casi todos los que nos visitan, sobre todo quienes vienen en familia, es tener una primera aproximación con el monte y pasar un rato agradable en contacto con la naturaleza", explica Coello.

Según comenta, la visita promedio al parque no dura más de tres horas. En cuanto al perfil de los usuarios, la directora reconoce que "hay mucha diversidad". Entre semana, la red de senderos recibe a muchos turistas extranjeros. Una minoría llegan con excursiones organizadas y el resto vienen desde las zonas turísticas en coches de alquiler. Los fines de semana se unen a estos caminantes foráneos los habitantes de la zona metropolitana. "Somos el gran parque periurbanode los residentes en el área metropolitana. Aquí vienen a caminar, a hacer ciclismo y parapente, a escalar, a observar la naturaleza y hasta a hacer surf en la playa de la Almáciga", detalla la directora.

El macizo de Anaga está divido entre los municipios de Santa Cruz y La Laguna. En la mitad que pertenece a Aguere funciona el centro de visitantes de Cruz del Carmen desde 1995. Desde entonces, "el flujo de público que recibimos ha crecido de forma constante", señala Coello. Una de las claves que justifica que cada año suban las estadísticas de visitantes es, según su responsable, la ampliación del horario de atención al público. Durante el invierno funciona de 9:30 a 16:00 y en verano cierra a las 15:00 horas.

Además de los turistas y vecinos que disfrutan de Anaga, el Cabildo de Tenerife, administración que gestiona el parque, organiza visitas guiadas para que los escolares descubran este enclave. La ruta que realizan los colegios es la de la Hija Cambada.

Coello señala que otra de las rutas populares es la del Llano de los Loros. El folleto del sendero añade a su atractivo natural un relato histórico sobre campesinos, carboneros y gangocheras(mujeres que se dedicaban al trueque) que recorrían los empinados caminos de Anaga cuando eran la única vía de comunicación a La Laguna.