Con la llegada de agosto, el mes de vacaciones por excelencia, para muchos llega el esperado descanso que han estado posponiendo durante todo el año. Asociamos habitualmente este mes a la desconexión, a los viajes y al ocio, pero ¿realmente descansamos?

 Las herramientas de comunicación que nos facilitan el día a día en el trabajo son las mismas que nos pueden dificultar la desconexión digital durante los días de descanso si no limitamos y acotamos su uso. Por otro lado, nuestras altas expectativas respecto a las vacaciones y el hostigamiento que nos infringimos si no somos capaces de desconectar del todo, pueden hacer que las vacaciones nos sepan a poco porque, realmente, no nos hemos permitido descansar y dejar de controlar todo.

 Se tiende a poner el foco del descanso en las vacaciones porque tener varios días de descanso seguidos hace que para nuestro cerebro sea más fácil desconectar, ya que nuestra mente necesita varios días para desacostumbrarse a pensar en el trabajo y cambiar el chip por completo.

 Según apunta Irene Lorza Gil, psicóloga en TherapyChat, plataforma líder en psicología online, “quizás por cómo entendemos el trabajo y el descanso en nuestra cultura, a veces caemos en la dinámica de trabajar sin descanso durante todo el año y después compensar todo eso en dos semanas de vacaciones. ¡Cuidado! El descanso y el aprovechamiento del tiempo libre debería estar presente todo el año adaptado a la época, el tiempo del que disponemos y a nuestra situación personal y laboral”:

 Ante la pregunta ¿Por qué se nos hacen siempre cortas las vacaciones? la experta apunta que por desconocimiento o incapacidad, muchos no reservan los necesarios tiempos de descanso diario que van más allá de las horas de sueño; tiempos que son elementales para reparar los daños del estrés en nuestro cerebro y poder aguantar las tensiones de cada día. Este desgaste tiene como resultado menor descanso en el periodo de vacaciones al haber depositado tan altas expectativas en estos días y al llegar a ellos muy cargados de estrés y fatiga.

Ante todo esto, desde TherapyChat, nos ofrecen varios consejos tanto desde el punto individual como desde la empresa, para lograr una desconexión y un descanso pleno durante todo el año.

¿Qué podemos hacer a nivel personal?

  1. No idealizar las vacaciones: Es importante no idealizar el descanso y asumir que el tiempo libre no siempre es perfecto.
  2. Aceptar que no existe la desconexión absoluta: Es habitual acordarse de lo que tenemos que hacer el lunes durante el fin de semana, pero que los pensamientos y preocupaciones aparezcan no quiere decir que no estemos descansando. Es algo que no podemos evitar; por tanto, lo mejor que podemos hacer es normalizarlo, aceptar la existencia de estos pensamientos sin culpabilizarnos, y tratar de devolver el foco de atención al presente.
  3. Acotar nuestras acciones relacionadas con el trabajo a las horas de nuestra jornada: Por ejemplo, accediendo al correo electrónico solo durante las horas de trabajo o desactivando notificaciones durante el fin de semana. Tampoco es aconsejable pasar nuestras horas libres hablando del trabajo con nuestros familiares y amigos.
  4. Buscar actividades gratificantes para nosotros: Es fundamental dedicar nuestro tiempo libre a aquello que nos importa, como por ejemplo nuestras aficiones. Así, cuando lleguen las preocupaciones, debemos intentar poner el foco de nuestra atención en lo que estamos haciendo en ese momento, lo cual es más fácil si estamos haciendo algo que nos gusta.
  5. Motivarnos pensando en las vacaciones durante los picos de trabajo: Puede ser una buena estrategia para momentos puntuales, pero no debe ser la única. Tener presente el descanso próximo puede ser un empujón para convivir con el cansancio y agotamiento tras meses sin vacaciones. No obstante, no debemos caer en el lamento constante por estar trabajando. Si aquí y ahora estás en ello, dedícate plenamente a la labor. Así podrás también dedicarte plenamente al descanso cuando sea el momento.