Asomo, el vino con el que Figuero enamora este verano

En este sentido, es fundamental adentrarse en la historia detrás de cada botella, de cada bodega. Conocer para disfrutar, y disfrutar para conocer. Superado ya uno de los célebres tópicos del vino, ese que afirma que los tintos son para el frío y los blancos para fechas de más calor, ahora que el verano hace su aparición estelar, con todo lo que ello conlleva, es el momento perfecto para sorprender en esos eventos donde el vino siempre acompaña. 

Para facilitar esa labor, no menor, una de las grandes bodegas nacionales, Figuero, se posiciona como una de las mejores opciones del verano gracias a esa joya llamada Asomo. Es un vino tinto fresco, divertido, con más fruta, pero sin perder la elegancia que caracteriza a la bodega fundada por José María García. Porque sí, no tengo dudas, Asomo es más Figuero.

Una creación con la que la familia Figuero invita a descubrir todos sus matices, despertar la curiosidad y abrir una conversación con los consumidores. Es, sin duda, una oportunidad de oro para asomarnos con entusiasmo a Figuero, su historia familiar, sus históricos viñedos y a ese bucólico paisaje de La Horra. 

Con ese elegante color rojo cereza picota, la explosión de aromas de fruta roja fresca (frambuesa, arándano), toques de pimienta negra y regaliz, harán las delicias en boca. Es goloso, claro, amplio con taninos aterciopelados… y podemos jugar con la temperatura para celebrar el verano. Esta es la clave, su versatilidad lo convierten en el tinto ideal para esta época estival. Con el cambio de imagen, la bodega quiso trasladar mucho más sin perder la esencia. ¿Quién dijo que los tintos no son para el verano?

Con gran presencia y consumo en Canarias, Asomo es el resultado de un admirable trabajo de la familia García Figuero para embotellar el paisaje, ese privilegiado terruño y la tipicidad de la variedad tinto fino de La Horra. Es ahí, en ese enclave único, donde las manos que dan forma a esta bodega crean, no sin paciencia, conocimiento y “sabiduría inagotable de quien sabe observar, escuchar, ensuciarse las manos y acercarse a la tierra sin descanso. Ofreciendo a la naturaleza la quietud que necesita”, como apuntan desde Figuero. 

La frescura de la juventud

Las tendencias en el consumo de vino, así como los gustos de las nuevas generaciones, hacen que bodegas de consolidada trayectoria se reinventen con algunos vinos realmente interesantes. Ya sabrá usted, estimado lector, que no oculto mi pasión por algunas creaciones de Figuero como Tinus, Pago de Torrosillo, Viñas Viejas o Milagros, que tantas veces me acompañan en esos homenajes que merecen ser bien regados.

Con Asomo, joven y alegre, donde la madera hace acto de presencia de manera muy ligera, he descubierto un acompañante más actual, más rebelde quizá. Un vino sin complejos, con ganas de conquistar y de jugar, de cubitera y terraza, si queremos. Ahí también identifico la esencia de la bodega. Es, en definitiva, uno de los mejores acompañantes desde ya.