Guisos, uno de los mejores secretos (gastronómicos) de La Laguna

La carta no es muy amplia, y esto, en la mayoría de los casos, es una gran ventaja. Tampoco hay inventos extraños, ni platos comerciales que intoxiquen la propuesta original. Solo hay que echarle un vistazo a los principales para comprobar que en Guisos uno va a refugiarse ante tanta fusión: Carne de cabra; callos a la vizcaína; potas en salsa, garbanzas con solomillo y arroz meloso de calamar y pulpo.

Siempre hay algún fuera de carta imprescindible, claro, y platos tan logrados como esa ensalada de tomate, pimiento asado y peto herreño, sin duda una de las grandes estrella de la casa. Al frente del negocio, una joven pareja, en cocina él y en sala ella, que, para fortuna general, decidieron emprender en La Laguna. Local discreto (C/ El Pozo, 12), apenas seis o siete mesas.

Platos de fondo y muchas horas

No es un sitio de paso, pero ellos han conseguido que sea un lugar de peregrinación. La gente agradece la cocina de horas, de fuego lento, de buen producto. La carne de cabra, aquí, es un buen ejemplo. Servida sin hueso, es uno de los platos que mejor representa a Guisos. Esa salsa que la acompaña habla sola, y presenta el talento para el oficio del cocinero. Lo mismo ocurre con las potas en salsa, las mejores que he probado en mucho tiempo.

De entrante, no podía faltar un plato de chorizo de buey de El Capricho, en León. Ni tampoco un poco de cecina, de la misma tierra. Las papas trufadas con huevo y jamón abrigan al comensal más que una manta, algo que en La Laguna es de agradecer. Cocina de invierno, platos contra el frío. Las albóndigas de buey al curry, que probé en una visita anterior, deliciosas. Igual que las garbanzas con solomillo. Los precios, tan atractivos como la propuesta.

Un precio ajustado

Los guisos se pueden pedir en formato tapas, y ninguno supera los siete euros. Les aseguro que es un precio utópico teniendo en cuenta la calidad del resultado final. Vamos, que por 24 euros usted se puede pedir una tapa de cada (cabra, callos, potas y garbanzas) y quedarse tan feliz. Y si a eso le suma media ración del obligatorio chorizo de buey, unos ocho euros, pues ya habrá entrado en el selecto club de seguidores de Guisos. Las papas fritas de las de verdad, y los vinos completan la faena. Es un buen secreto, sin duda. Uno de esos que, de vez en cuando, hay que compartir.